Bienvenido al blog, aquí encontrarás terapias y alternativas a la medicación para niños hiperactivos. Porque no todos los niños hiperactivos son TDAH.

La finalidad de este blog es dar a conocer mi experiencia como madre, mi día a día alternativo.


Por mucho que mediquemos si el diagnóstico es erróneo, es decir no hay un problema neuronal sino un problema de visión, de oído, de estrés, de alimentación no adecuada o de lateralidad cruzada, lo único que haremos es empeorar a nuestros hijos. Porque el problema de fondo continuará.

Entra, lee, mira, escucha y dame si te apetece tu opinión y sobre todo tus consejos.


lunes, 28 de enero de 2013

8 razones para estimular el gateo


 - El gateo conecta los hemisferios cerebrales y crea rutas de información cruciales... para la maduración de las diferentes funciones cognitivas.

- Desarrolla el patrón cruzado que es la función neurológica que hace posible el desplazamiento corporal en equilibrio del cuerpo humano. Ese movimiento comprende el del eje de las caderas y el de los hombros. Al gatear se tonifican adecuadamente los músculos que más adelante permitirán que el niño mantenga la columna perfectamente recta cuando esté maduro para poder ponerse de pie.

- Desarrolla el sistema vestibular y el sistema propioceptivo. Ambos sistemas permiten saber dónde están las partes del cuerpo de uno.
- Permite el enfoque de los ojos. Al mirar al suelo para colocar la mano o la rodilla convenientemente, el niño enfoca los dos ojos en un mismo punto a corta distancia. Éste es un estupendo ejercicio muscular para los ojos y es tal su importancia que, según estudios de optómetras, el 98% de los niños con estrabismo no gatearon lo suficiente de pequeños.

- El niño siente la tactilidad de la palma que está viendo. Esto tiene una serie de ventajas de manualidad fina que luego influirán en la escritura. Además, al masajear la palma de la mano, ésta envía información al cerebro de dónde está y de las diferentes sensaciones y texturas que siente. También, al gatear el niño apoya su peso en las palmas de las manos y soporta esa tensión en las articulaciones de las muñecas, de los hombros, de la columna vertebral, de los fémures y de las caderas. Así percibe la oposición de la gravedad y aprende a manejarse con ella.

- Le ayuda a medir el mundo que le rodea y el niño se adapta al medio. La distancia que hay entre los ojos y la palma de la mano al gatear es una medida fundamental, LA BRAZA, en todas las civilizaciones. Con esa nueva medida corporal el niño mide el mundo circundante, y por eso cuando de mayor volvemos a un lugar de la infancia lo percibimos más pequeño de lo que era, porque entonces la propia medida de la braza era menor.

- Ayuda a establecer la futura lateralización del cerebro (cuando uno de los hemisferios se convierte en dominante y el otro en servidor para no tener que operar ambos a la vez).

- Ayuda a poder escribir en el futuro. Mediante el gateo se va desarrollando la coordinación cerebral ojo-mano. Cuando el niño gatea se establece entre ambos una distancia similar a la que más adelante habrá entre ojo y mano a la hora de leer y escribir.

Por todo esto, y simplemente porque es lo natural: demos a nuestros hijos todas las oportunidades de gatear.

sábado, 26 de enero de 2013

5 errores comunes que cometemos con nuestros hijos


viernes, 18 de enero de 2013

La creatividad. La mirada de Elsa Punset

Cuenta, entre otras cosas, que para Walt Disney, había tres fases en la creación, una de soñar e imaginar libremente (y para la que reservaba una habitación para los sueños), la segunda era una fase más pragmática de puesta en realidad y en ingeniería de los sueños e ideas, y una tercera fase más critica en la que se evaluaban las ideas.

Lógicamente las 3 fases deben respetarse mutuamente, porque si la fase de juzgado de ideas es demasiado severa, todo el proceso creativo se resiente.

El reportaje dura solo 8 minutos, y es realmente interesante para que todos
nosotros usemos y ampliemos esa capacidad de crear que todos tenemos:



jueves, 17 de enero de 2013

Cuentoterapia – El poder de los cuentos

Otra forma de definirla sería como la terapia que utiliza los cuentos como elementos para sanar o para hacer terapia. A mí me gusta verlo más como el virtuosismo o el arte de sanar a través de los cuentos.

Origen: El concepto fue acuñado por el propio autor de estas páginas, ante la necesidad de describir esta forma de utilizar los cuentos con fines terapéuticos. Aunque, lo que es indudable es que la utilización de los cuentos con fines terapéuticos y de sanación es algo tan antiguo como la propia humanidad, con independencia de la forma en que esta herramienta fuese llamada.

Concepto: Aunque, como decíamos, siempre ha existido el uso de cuentos con finalidad de curar o de enseñar aspectos morales y de reflexión, crecimiento y maduración de los seres humanos. No había habido hasta ahora un intento de dar forma o estructura a esta disciplina. Nuestro intento ha sido estudiar las bases psicológicas e ir creando un catálogo de cuentos y de problemas psicológicos y de desarrollo humano que sean susceptibles de ser tratados con cuentos. Así mismo ver su tipología y crear ejercicios y pautas metodológicas que ayuden a profundizar en sus claves psicológicas y en la forma de ser utilizados en terapia.

Esta disciplina une así los conocimientos de múltiples ramas del saber, enseñándonos el potencial sanador de los cuentos y dándonos recursos para intervenir en los procesos psíquicos con esta herramienta, que siendo mayoritariamente un legado del inconsciente colectivo en la forma de los cuentos maravillosos, un legado de las hermandades y escuelas de crecimiento personal en la forma de cuentos aleccionadores o con mensaje y un legado de la sensibilidad individual en la forma de cuentos de autor, sobretodo los ilustrados y los denominados matriarcales por Claudio Naranjo; nos aportan nuevas perspectivas para la toma de conciencia en torno básicamente a lo que es cada cuento, para qué nos sirve y cómo lo podemos utilizar en nuestras tareas preventivas, terapéuticas , socio-educativas y transmisoras de salud.

Es una nueva forma de terapia a la par que antigua, para desarrollar esa percepción que nos permita acercarnos a un legado viejo en general como los Cuentos, pero con nuevos ojos, para ayudar así a sanar nuestro aparato psíquico partiendo de nuestro maltrecho inconsciente, desde las crisis que se dan en el crecimiento de cada persona y de la mano del análisis de los cuentos, iremos viendo cuáles han sido las rutas de solución y de alternativas que nos han legado nuestros antepasados por medio de esos mapas-guías que son los cuentos.

También nos acercamos a cuentos actuales en los que la sensibilidad individual es capaz de crear mapas para el inconsciente de nuestro niño interno perdido. De nuestro olvidado pensamiento mágico-simbólico.

En esta disciplina aprenderemos a ir eligiendo qué tipo de cuentos nos pueden ser útiles y para ello los desarmaremos y los destriparemos con el cariño de un viejo relojero, para conocer cómo funcionan y qué nos aportan. Es pues, un tipo de sabiduría que engloba el conocimiento técnico y el artístico. Para trabajar la cuentoterapia hemos de asumir el rol del artesano e imbuirnos en los propios arquetipos de sanación: Mago, Hada, Rey o Reina, espíritus de la naturaleza, animales parlantes, genios y objetos de poder, etc.
Veremos así que son en general un regalo de nuestros antepasados. Un Tesoro escondido a los ojos de todos de la forma más sabia: que es disfrazándolos como “algo inocuo” “cosas para los niños”.

Cada Cuento es el Mapa de cómo llegar a estos Tesoros. Un Tesoro que se llama con múltiples nombres: Satisfacción, Amor, Felicidad, Libertad, Fertilidad, Equilibrio, Maduración y Sabiduría. Es también un mapa de los peligros que nos acechan a lo largo de todo el camino… ciénagas, bosques oscuros, bandidos, ogros, brujas, gigantes, ladrones, farsantes, dragones y fantasmas….

Ellos nos van dando mensajes. Hoy en día necesitamos de esos mensajes en un mundo en crisis y lleno de tensiones, necesitamos de esos mapas del conocimiento que nos dan pistas de cómo conocernos, de cómo curarnos, de cómo vivir felices y continuar nuestro camino.
Con la cuentoterapia aprenderemos a decodificar el lenguaje oculto mágico simbólico de los cuentos en general, bucearemos en nuestro inconsciente por medio del análisis simbólico y de los arquetipos los patrones que den luz y conciencia a nuestro aparato psíquico para hallar soluciones a nuestros problemas vitales.

Es un instrumento útil no solo para niños-as sino también para jóvenes, adultos y ancianos-as. Sirve, no solo como elemento terapéutico, sino también como preventivo y como favorecedor del crecimiento de nuestra conciencia personal. Nos acerca por medio de sus múltiples Cuentos-Mapas al lado Masculino y al lado Femenino. A lo Patriarcal y a lo Matriarcal que habita en nosotros y en nuestras sociedades.

Estamos pues ante un instrumento terapéutico versátil, integrador y muy completo. Puede ser una forma de terapia en sí misma, pero es sobre todo un complemento muy eficaz para el resto de terapias tanto individuales como grupales.

domingo, 13 de enero de 2013

La inteligencia. Dr. Mario Alonso Puig

Mario Alonso Puig es un personaje único. Médico especialista en Cirugía General y del Aparato Digestivo y miembro de la Harvard University Medical School, además de la New York Academy of Sciences, hace nueve años cambió el bisturí por la palabra y se convirtió en uno de los expertos más demandados en conferencias sobre liderazgo, creatividad y gestión del cambio.

jueves, 10 de enero de 2013

Pintura mandala: una manera distinta de meditar

Una de las formas de arteterapia utilizadas para tratar a pacientes con diversos tipos de afecciones es la mandala, dibujos fundamentados en “diagramas o representaciones esquemáticas y simbólicas del macrocosmos y microcosmos, utilizados en el budismo y el hinduismo”.

El “espacio sagrado” en donde se encuentra un mandala está generalmente representado “como un círculo inscrito de una forma cuadrangular”, donde el hecho de que se trate de un área sacra, tiene que ver con la representación del “centro del universo y soporte de la concentración” y donde su redondez se le atribuye a la idea de la perfección y del “eterno retorno de los ciclos de la naturaleza”.

La terapeuta de mandalas, Verónica de Cisternas, dice que descubrió esta arteterapia luego de pasar días pensando en qué regalarle a una amiga que se encontraba muy enferma y que después de una operación quirúrgica tuvo que pasar mucho tiempo en reposo.

Luego de hacerle entrega de un libro con estas figuras y una caja de lápices de colores, Verónica cuenta que su amiga mencionó “que en los momentos de más dolor, pintar le provocaba la abstracción de su sufrimiento, pasando éste a ubicarse en segundo plano para así dar paso a la creación”.
Así, la terapeuta comenta que la concentración es tal al momento de pintar estas figuras, “que si se hacen en grupo, no dan ganas ni de conversar, es como irse para dentro” y por eso es recomendable acompañarse de, por ejemplo, música o aromas agradables mientras dura la sesión para así potenciar el trabajo exclusivo con uno mismo.

Tal como en otras artes, todo tiene un significado especial y es por eso que prestarle atención al mandala que se escoge y a los colores que se utilizan en él es de suma importancia, pues será a través de la obra terminada donde se podrá hacer una suerte de revisión del estado de ánimo en el que se encuentra el creador.

“Empiezan a pasar cosas con los mandalas porque uno empieza a meterse hacia dentro, hay energías que comienzas a fluir. En el fondo es una forma distinta de meditar y donde se pueden lograr resultados infinitamente sanadores”, confiesa.
En relación a lo anterior, la especialista comenta que los efectos sanadores no provienen directamente del mandala, “no es que el pintar te sane”, confiesa, sino que se trata de qué es lo que se transmite a través de la figura. “Los colores tienen mensajes, la elección del mandala nacerá dentro tuyo. No hay nada impuesto”, dice.

En esta misma línea, la terapeuta afirma que el efecto sanador que se le atribuyen a estos esquemas tiene que ver con que “te sacan del dolor, de la rabia; te desconectan de ese sentimiento para conectarte con la luz, la creación y el amor”, asegura.

Por esta misma razón es que no es imperante la presencia de un terapeuta, aunque Verónica de Cisternas reconoce que el apoyo de alguien con experiencia resultará muy beneficioso para guiarse en la búsqueda de respuestas. “Son sólo sugerencias, porque finalmente todo parte desde la persona. Hay libertad absoluta”, comenta.

Algunos efectos que produce la creación de mandalas son:

- Ayuda a lograr una profunda relajación de la mente.
- Restablece la armonía innata despertando sensaciones de serenidad, plenitud y bienestar general.
- Al calmar la mente, propician la atención, la pacienta y mejora el nivel de concentración.
- Al ser una conexión con “nuestra esencia”, es percibida como una herramienta muy útil para el crecimiento personal.
- Induce la expansión de la conciencia, despertando los sentidos y cambiando nuestra percepción sobre las cosas.
- Permite desarrollar las capacidades del hemisferio derecho del cerebro, aquel que compromete la intuición, la expresión creativa, integración, entre otros.
- El proceso de creación de mandalas puede ser considerado como una meditación activa.


martes, 8 de enero de 2013

Reportaje sobre la medicación para el TDAH


EL PRESIDENTE DE CCDH PARA CATALUÑA DENUNCIA LOS ABUSOS DE LA PSIQUIATRÍA EN UN ARTÍCULO DE DIEZ PÁGINAS DE LA REVISTA DISCOVERY SALUD

En un reportaje de diez páginas en una de las revistas de salud más leídas en España, Juanjo Melgarejo, presidente de CCDH para Cataluña expone los abusos y estafas que la práctica psiquiátrica está perpetrando en el sistema público y privado de salud mental.

Lejos de ser una voz aislada de denuncia, el propio director de la revista, José Antonio Campoy, respalda firmemente esta misma posición en la editorial de este mismo número y se añade a la larga lista de líderes de opinión que denuncian la estafa psiquiátrica.

Descargar artículo en PDF


Fuente: Doctora Caroline

viernes, 4 de enero de 2013

¿Berrinche o enfermedad mental?

La Asociación Americana de Psiquiatría ha modificado por primera en vez en 20 años su manual de diagnósticos mentales.

El trastorno de desregulación disruptiva del humor podría ser una opción para que los niños no sean medicados antes de los 6 años (Getty Images).El llamado Trastorno de Desregulación Disruptiva del Estado de Ánimo (DMDD, en sus siglas en inglés) con el cual se diagnosticará a niños que «exhiben episodios frecuentes de irritabilidad y arrebatos de conducta durante tres o más veces a la semana durante más de un año». Esta definición ha causado amplia controversia porque, según explica, podría desembocar en el diagnóstico y medicación de los berrinches de los niños. En cambio, la APA afirma que con este nuevo término se espera combatir el potencial error de diagnosticar a los niños con trastorno bipolar y tratarlos innecesariamente con potentes medicamentos.

 Os dejo aquí una entrevista de CNN a la doctora Claudia M. Gold es pediatra y autora del libro "Tener en cuenta a tu hijo: superar los desafíos, berrinches y otros problemas de conducta viendo el mundo desde los ojos de tu niño".

(CNN) — En el invierno de 2010 hubo mucho alboroto noticioso acerca de una nueva propuesta de diagnóstico infantil, entonces llamada trastorno de desregulación del temperamento con disforia, o TDD, por sus siglas en inglés. El comité que tiene la tarea de crear el nuevo DSM-V (Manual de diagnóstico para la salud mental), recibió muchas críticas, así que ahora ha cambiado el nombre a trastorno de desregulación disruptiva del humor (o DMDD, por sus siglas en inglés).

Muchos pensaron que la inclusión de la palabra “humor” convertiría a los berrinches, una parte normal y saludable del desarrollo, en un trastorno. Entonces ¿la nueva etiqueta significa una mejora? Creo que toda la discusión es un error. Desvía nuestras energías para encarar el problema real, que es que no hay suficiente atención de salud mental o apoyo a la comunidad para los padres que están luchando por criar a las próximas generaciones.
La Asociación Americana de Psiquiatría afirma que un niño debe tener 6 años para recibir el diagnóstico de este padecimiento. Espero que los médicos respeten este aspecto del diagnóstico, sin embargo, ese no ha sido el caso con el trastorno bipolar pediátrico.

A menudo, los padres de niños de apenas 18 meses vienen a mi consultorio de pediatría con la pregunta: “¿Tiene trastorno bipolar?”. Un estudio de la Universidad de Columbia demostró que la prescripción de antipsicóticos atípicos, comúnmente utilizados para tratar este trastorno, a niños de entre dos y cinco años de edad, se duplicó de 2000 a 2007.
El DMDD fue creado para detener la creciente ola de diagnósticos de trastorno bipolar en los niños. Pero me temo que esta etiqueta tendrá la misma suerte, ya que los médicos se sienten impotentes frente a estas familias jóvenes con problemas.

Para la mayoría de los niños diagnosticados con alguna variación de desregulación del temperamento (que en realidad no importa cómo lo llames: ése es el problema de fondo), el problema comenzó mucho antes de los 6 años.
Por esta razón, en lugar de dedicar enormes cantidades de tiempo a decidir cómo llamar esto tenemos que mirar de cerca el origen de estos problemas y enfocar nuestra atención y recursos en la intervención temprana.

Éste es un caso típico de “desregulación disruptiva del temperamento” que he visto en mi práctica de pediatría del comportamiento en edades de seis o superiores. A menudo, el embarazo fue muy estresante. Puede que haya habido ansiedad, depresión, abuso o abandono. Existe evidencia de que el estrés durante el embarazo tiene efectos sobre la capacidad del bebé para la autoregulación y se asocia con problemas de conducta durante la infancia.

La infancia es similarmente descrita como estresante. Las madres me cuentan de bebés que lloran todo el tiempo y son difíciles de alimentar. Hablan de una terrible depresión y sentimientos de estar completamente solas. Tener un bebé muy difícil de cuidar puede provocar sentimientos de insuficiencia y privación severa de sueño, los cuales pueden exacerbar una depresión preexistente.
Entrar a la niñez temprana, una etapa que en circunstancias normales es desafiante ya que los niños se esfuerzan por hacer valer sus identidades emergentes, puede ser una pesadilla cuando el niño ya tiene dificultades con la autoregulación. Estos niños a menudo tienen mayor sensibilidad sensorial. Se descompensan en el supermercado, cuando están abrumados por todos los sonidos y las imágenes. Ponerles ropa puede ser un calvario cuando no soportan la sensación de las mangas de la camisa, las etiquetas o las arrugas de los calcetines.

La educación preescolar es igualmente tensa. Puede que los niños tengan una ansiedad de separación grave, que se asocia comúnmente con años de conflicto y lucha entre padres e hijos. Los niños a menudo tienen dificultades con el espacio personal, otra manifestación de las dificultades de procesamiento sensorial. El comportamiento explosivo visto en el hogar puede aumentar en el salón de clases.

Puede que los padres describan un conflicto marital terrible. O que las madres estén criando a un niño por su cuenta. No es raro que las madres y los padres hayan experimentado traumas significativos en su propia infancia.
Una discusión más amplia de lo que es llamado “desregulación del temperamento” a los seis años o más está completamente fuera de lugar. 

Estos niños ciertamente no son “normales”, como se menciona a menudo como la alternativa para darles un diagnóstico. Ellos y sus familias están sufriendo terriblemente. Pero ponerles una etiqueta no logrará nada. Sólo facilita cobrar por los servicios de salud y, peor aún, justificar el uso de potentes medicamentos psiquiátricos en lugar de tratar la causa subyacente.

miércoles, 2 de enero de 2013

El cerebro del niño

El neuropsiquiatra Daniel J. Siegel y la experta en educación infantil Tina Payne Bryson han enseñado ya a miles de padres de todo el mundo a estimular la inteligencia emocional de sus hijos con el libro “El cerebro del niño”. Se trata de un método sencillo pero de fabulosos resultados que cosecha éxitos allá donde va porque sus revolucionarias estrategias no solo ayudan a los pequeños a crecer y desarrollarse, sino que también mejoran la conexión con sus padres.

En el libro defienden las bondades del “cerebro pleno”. ¿Qué es exactamente?
- Es un cerebro en el que las diferentes áreas, la izquierda y la derecha, la superior y la inferior, están coordinadas y equilibradas, perfectamente integradas.

¿Cuáles son sus ventajas?
- Es un cerebro integrado que permite a la mente crecer, ser flexible y resistente, y que además consigue que las relaciones personales se apoyen en la empatía, la compasión y la amabilidad.

¿Cómo ayuda a mejorar la vida interior del niño?
- Primero hay que saber ponerse en el lugar del otro. Así, el pequeño se podrá sentir seguro, tranquilizarse cuando esté angustiado y consolidar su identidad personal al reforzarse su sentido de pertenencia y empoderar su figura.

¿Y cómo actúa para mejorar la relación con los padres?
- La investigación revela que los niños criados desde el respeto se desarrollan de forma más óptima: abarcan todo su potencial intelectual y tienen mayor sensación de plenitud, con relaciones basadas en la empatía, más gratificantes y con emociones más equilibradas.

Con “El cerebro del niño” parece fácil reconvertir las rabietas infantiles en un momento de progreso familiar. ¿Es tan sencillo?
- Sí, pero no es fácil lograrlo. A veces las emociones de los padres no les dejan actuar con eficacia. Saber cómo convertir esos momentos difíciles en oportunidades de integración es la llave para optimizar las conductas paternas y conseguir buenos resultados con ellas.

Integrar ambos hemisferios cerebrales es clave. ¿Qué diferencias hay entre ellos?
- El izquierdo está especializado en el pensamiento lógico, lineal, lingüístico y literal. El derecho procesa la información de otra forma: siente lo que le transmite el cuerpo y es experto en la comunicación no verbal. Son muy diferentes entre sí.

¿Por qué tendemos a utilizar más el hemisferio izquierdo, la faceta lógica?
- Por nuestra educación y nuestra cultura, que prefieren el lado izquierdo debido a que sus enfoques son más fáciles de observar y medir. Los niños crecen reforzando con la práctica el hemisferio izquierdo, mientras que el derecho no se desarrolla con la misma intensidad y provoca que su acercamiento al mundo se haga desde su faceta más izquierda-lógica. Por eso, necesitan que sus padres usen el lado derecho para atender también a sus sentimientos. La teoría del apego seguro nos dice que para que un niño se realice en todas sus facetas, hay que dar respuesta a sus emociones. Y eso no se hace desde el hemisferio izquierdo.

¿Y por qué intentamos mantener desconectado el cerebro inferior, el instinto, cuando ha sido clave para la supervivencia y aún lo es entre los pequeños?
- En realidad no queremos apagarlo, sino integrarlo con el cerebro superior. Si ambas partes trabajan como un equipo, se habrá dado un paso importante para alcanzar la salud mental, mantener relaciones sociales saludables y ganar en flexibilidad y resistencia mental.

Las estrategias del “cerebro pleno” son distintas según la edad. ¿Qué diferencia a un pequeño de 3 años de uno de 10?
- Nuestro método sirve incluso para la edad adulta; lo que cambia es la manera de aplicarlo porque un niño de 3 años sigue siendo una criatura del hemisferio derecho: su capacidad lógica y lingüística o su pensamiento lineal está menos desarrollado que en un pequeño de 10 años, cuyo neuronas ya han creado más interconexiones en base a su mayor experiencia.

Las claves de “El cerebro del niño” parecen fáciles de aplicar pero, ¿no son solo teoría?, ¿garantizan los resultados?
- Por supuesto. Se basan en referencias científicas y sobre todo en la plasticidad neuronal, que estudia cómo el cerebro se moldea con la experiencia. Las estrategias que se dan en el libro permiten a los niños usar y practicar la empatía, la intuición, la reflexión, la comunicación y la toma de decisiones. La parte del cerebro que se refuerza con estas actitudes y prácticas es la corteza prefrontal media, que es la que controla las habilidades que integran la inteligencia emocional.

¿Eso significa entonces que es posible acabar con las rabietas para sustituirlas por un mar de calma?
- Cuando los padres utilizan las estrategias de “El cerebro del niño” dan a sus hijos la oportunidad de experimentar el tránsito de una reacción muy fuerte emocionalmente a una situación más estable. No se puede esperar que se terminen para siempre las rabietas porque son algo normal: los cerebros de los niños están desarrollándose y a veces tienen problemas para manejar las emociones. Por eso la meta no es acabar con los enfados, sino acompañar a los hijos, consolarlos y aprovechar para enseñarles y hacerles saber que pueden contar con nuestro apoyo.

vía www.levante-emv.com