Debemos limitar la ingesta de arroz en nuestros niños por su alto contenido en arsénico. Los niños más pequeños tienen más riesgo de acumular grandes cantidades de arsénico por lo tanto debemos ser más cuidadosos todavía con ellos.
¿Qué podemos hacer para reducir nuestro consumo de arroz y el de nuestros hijos?
- No des a tu bebé papillas hechas solo con arroz. Al menos que lleven varios cereales y si encuentras variedades sin arroz, mejor. Recuerda que los bebés no necesitan cereales “especiales para bebés”; desde los seis meses pueden comer pan de trigo, de centeno, pasta, gachas de avena, polenta, quinoa, etc
- No des a tus hijos leche de arroz. Los menores de un año no deben tomar leches vegetales salvo muy ocasionalmente. Los mayores de un año pueden tomar un vaso al día de leche de soja, avena o almendras, enriquecidas con calcio (y 2 vasos a partir de los 2 años). La leche de arroz no les aporta nada, salvo arsénico.
- No compres regularmente productos que estén endulzados con sirope de arroz o que lleven harina o salvado de arroz. Si en la familia hay algún celíaco cocina mejor con harina de maíz o garbanzos y usa pasta elaborada con harina de maíz.
- Cuando cocines arroz para toda la familia (1-2 veces por semana está bien), lávalo bien en un colador antes de cocerlo y cuécelo con mucha más agua de lo normal (como si fuera pasta, luego retiras el exceso de agua).
El arroz absorbe arsénico a partir del agua y del suelo donde se cultiva. Desgraciadamente, después de décadas de contaminación industrial y de uso masivo de pesticidas con arsénico, este metal pesado se acumula en muchas regiones del mundo, alcanzando concentraciones peligrosas. El arroz, al cultivarse en terrenos inundados de agua, absorbe y concentra altas cantidades de arsénico, diez veces más de lo que lo hacen otros cereales; y es actualmente uno de los alimentos con mayores niveles de arsénico. LA FDA estadounidense lleva años avisando de este hecho y la Academia Americana de Pediatría y la Sociedad Europea de Gastroenterología y Nutrición Pediátricas han expresado su preocupación por este tema y han recomendado que, especialmente los niños, disminuyan su consumo de arroz y productos elaborados con ellos
En las poblaciones donde se consume mucho arroz, como en el sudeste de Asia, la prevalencia de ciertos tipos de cáncer, como el de pulmón, piel y vejiga, es significativamente más alta que en poblaciones no expuestas al arsénico. El arsénico puede interferir también en el funcionamiento del sistema nervioso y reproductor.
El arroz integral tiene más arsénico porque éste se acumula en el salvado. Sin embargo el arroz integral tiene mucho más valor nutricional que el refinado y es mejor que cuando comamos arroz, que sea integral.
No hay datos sobre el arroz ecológico, debería tener menos, pero en relación al arsénico esto depende más del contenido en arsénico del terreno y del agua donde el arroz se cultive. El arroz crece en terrenos inundados con agua, la calidad de ese agua determina el contenido en arsénico del arroz.
¿Qué podemos hacer para reducir nuestro consumo de arroz y el de nuestros hijos?
- No des a tu bebé papillas hechas solo con arroz. Al menos que lleven varios cereales y si encuentras variedades sin arroz, mejor. Recuerda que los bebés no necesitan cereales “especiales para bebés”; desde los seis meses pueden comer pan de trigo, de centeno, pasta, gachas de avena, polenta, quinoa, etc
- No des a tus hijos leche de arroz. Los menores de un año no deben tomar leches vegetales salvo muy ocasionalmente. Los mayores de un año pueden tomar un vaso al día de leche de soja, avena o almendras, enriquecidas con calcio (y 2 vasos a partir de los 2 años). La leche de arroz no les aporta nada, salvo arsénico.
- No compres regularmente productos que estén endulzados con sirope de arroz o que lleven harina o salvado de arroz. Si en la familia hay algún celíaco cocina mejor con harina de maíz o garbanzos y usa pasta elaborada con harina de maíz.
- Cuando cocines arroz para toda la familia (1-2 veces por semana está bien), lávalo bien en un colador antes de cocerlo y cuécelo con mucha más agua de lo normal (como si fuera pasta, luego retiras el exceso de agua).
El arroz absorbe arsénico a partir del agua y del suelo donde se cultiva. Desgraciadamente, después de décadas de contaminación industrial y de uso masivo de pesticidas con arsénico, este metal pesado se acumula en muchas regiones del mundo, alcanzando concentraciones peligrosas. El arroz, al cultivarse en terrenos inundados de agua, absorbe y concentra altas cantidades de arsénico, diez veces más de lo que lo hacen otros cereales; y es actualmente uno de los alimentos con mayores niveles de arsénico. LA FDA estadounidense lleva años avisando de este hecho y la Academia Americana de Pediatría y la Sociedad Europea de Gastroenterología y Nutrición Pediátricas han expresado su preocupación por este tema y han recomendado que, especialmente los niños, disminuyan su consumo de arroz y productos elaborados con ellos
En las poblaciones donde se consume mucho arroz, como en el sudeste de Asia, la prevalencia de ciertos tipos de cáncer, como el de pulmón, piel y vejiga, es significativamente más alta que en poblaciones no expuestas al arsénico. El arsénico puede interferir también en el funcionamiento del sistema nervioso y reproductor.
El arroz integral tiene más arsénico porque éste se acumula en el salvado. Sin embargo el arroz integral tiene mucho más valor nutricional que el refinado y es mejor que cuando comamos arroz, que sea integral.
No hay datos sobre el arroz ecológico, debería tener menos, pero en relación al arsénico esto depende más del contenido en arsénico del terreno y del agua donde el arroz se cultive. El arroz crece en terrenos inundados con agua, la calidad de ese agua determina el contenido en arsénico del arroz.