Bienvenido al blog, aquí encontrarás terapias y alternativas a la medicación para niños hiperactivos. Porque no todos los niños hiperactivos son TDAH.

La finalidad de este blog es dar a conocer mi experiencia como madre, mi día a día alternativo.


Por mucho que mediquemos si el diagnóstico es erróneo, es decir no hay un problema neuronal sino un problema de visión, de oído, de estrés, de alimentación no adecuada o de lateralidad cruzada, lo único que haremos es empeorar a nuestros hijos. Porque el problema de fondo continuará.

Entra, lee, mira, escucha y dame si te apetece tu opinión y sobre todo tus consejos.


viernes, 26 de febrero de 2016

Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad (TDA-H), un trastorno de moda

Sólo uno de cada 3 niños diagnosticados de Hiperactividad (TDHA) padece “realmente” este trastorno
El trabajo “TDAH: un trastorno de moda”, premiado por www.psiquiatria.com (la web más prestigiosa de psiquiatría en España) en agosto de 2.006, sostiene  que este trastorno está sobrediagnosticado en la mayoría de los casos.
Se trata de un estudio realizado con los niños que acuden al centro de salud mental infantil de Molina de Segura en Murcia durante los meses de Julio a Septiembre de 2005 con diagnóstico de sospecha de TDHA.  Resultado del estudio:  sólo uno de cada 3 niños “sospechosos” fue finalmente diagnosticados de Hiperactividad. 
Los psicopedagogos, que parecen ser quienes más fácilmente realizan este diagnóstico, sólo acertaron en un 33% de los pacientes. Los Servicios de Neuropediatría coinciden más frecuentemente con los psiquiatras del CSM  (60% de los casos). 
En el resto de pacientes, los psiquiatras encontraron cuadros clínicos distintos al TDAH, desde algunos mucho más graves (psicosis infantiles, retrasos mentales), hasta los mucho más benévolos “trastornos del aprendizaje”.

Conclusión del estudio: Existe un sobrediagnóstico clínico del TDAH. 
En la mayoría de los casos se extraña una historia clínica detallada y un diagnóstico diferencial con otras entidades clínicas. 
Complicación: un diagnóstico erróneo puede producir un tratamiento farmacológico innecesario (de lo que podría desprenderse que los autores del estudio consideran que todos los niños “correctamente” diagnosticados de TDAH requieren ser medicados con derivados anfetamínicos, eufemísticamente llamados estimulantes). 

Un diagnóstico llamativamente frecuente
A nosotros los resultados del estudio nos parecen significativos. La amplia difusión de este trastorno por medios de comunicación masivos (a la que no creemos ajenos a los laboratorios productores de los medicamentos indicados para este diagnóstico) ha llegado a los docentes, a los Equipos de Orientación Psicopedagógica (los llamados “orientadores”) y a los padres; todos ellos sensibles a las dificultades infantiles, sobre todo cuando éstas se manifiestan en la eficacia escolar cuantitativamente considerada. 
Así llegan a nuestras consultas niños con un  rendimiento que se encuentra por debajo de la media, con dificultades de concentración o que simplemente se aburren con las muchas veces insufribles clases escolares, con síntomas de hiperactividad o un poco demasiado inquietos, ya diagnosticados por un docente, un orientador o los mismos padres.

Breve historia de una larga confusión
A esta confusión contribuyen ya la complejidad y ambigüedad del mismo diagnóstico. En 1902 el Dr George Still, un pediatra inglés, creyó haber hallado un nuevo cuadro en sus consultas: “niños que no dejaban de moverse constantemente, lo miraban todo, lo tocaban todo,…; desconsiderados con los demás, despreocupados por las consecuencias de sus acciones,…; que manifestaban una gran falta de atención…” y que parecían carecer de “control sobre su conducta”. 
Describía así a lo que tradicionalmente se había llamado “niños con mal carácter”, construyendo una entidad clínica donde alojarlos a la que llamó “Déficit del Control Moral” (!). Arbitrariamente supuso una causa congénita, es decir, heredada, no adquirida (Consideramos arbitraria la atribución de cualquier causa apriorística, es decir: previa a toda prueba o demostración. En el mejor de los casos, sólo puede ser una hipótesis de investigación y, en el peor, la manifestación de un prejuicio, aunque se vista con un ropaje científico). 
Siguiendo a Still, psiquiatras infantiles, neurólogos, psicólogos y pedagogos se abocaron a nombrar esta disfunción. Las denominaciones más populares pueden darnos una idea de las concepciones etiológicas o descriptivas que los inspiraron: 
Síndrome Conductual de Daño Cerebral, Daño Cerebral Mínimo, Disfunción Cerebral Mínima, Hiperactividad, Reacción Hiperkinética de la Infancia, Trastorno Impulsivo Hiperkinético, Síndrome de Hiperactividad Infantil, Trastorno de Hiperactividad con Déficit de Atención,  y así, atravesando unas 25 nominaciones más o menos reconocidas, hasta llegar a las contemporáneas. 

Las clasificaciones contemporáneas 
La CIE-10  y el DSM-IVTR son acuerdos de grupos de expertos con el objetivo de formalizar una “lengua” médica común, por lo que no presuponen acuerdos sobre las causas ni sobre los tratamientos, aunque sí una concepción de la psiquiatría, fundada en cuadros o complejos descriptivos sintomáticos:
- La CLASIFICACIÓN INTERNACIONAL DE LAS ENFERMEDADES acordada por la OMS (Organización Mundial de la Salud) y actualizada por última vez en 1992 (CIE-10), denomina a los cuadros que nos ocupan Trastornos Hipercinéticos y los caracteriza por la hiperactividad y la falta de atención. Subdivide a estos trastornos en Trastorno Hipercinético Disocial y Trastorno de la Actividad y de la Atención, según estos síntomas se vean acompañados o no por problemas de conducta. 
- La Asociación Psiquiátrica Americana (APA), que no reconoce a la OMS autoridad para determinar las denominaciones a usar en Estados Unidos, decidió establecer una clasificación diferente: El MANUAL  DE  DIAGNÓSTICO ESTADÍSTICO, con su texto revisado por última vez en el 2002 (DSMIV-TR), que es fruto de un consenso actual (revisable en el futuro) que pretende compatibilizar los criterios discrepantes de diferentes especialistas, establece la más difundida denominación de Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad, con subdivisiones según predomine el déficit de atención, la hiperactividad e impulsividad, o se combinen ambas series de síntomas sin que pueda establecerse un predominio claramente definido. 
En todo caso, cualquiera de estos diagnósticos presupone una “falta de atención” no adecuada a la edad. Como vemos, es un trastorno definido en función de la conducta, sin considerar ningún otro aspecto, como la subjetividad del niño. 
Tampoco, y pese a múltiples investigaciones, existe ninguna prueba diagnóstica específica ni escalas admitidas como fiables.

¿Por qué tanta popularidad?:
No deja de llamar la atención que, después de un siglo de abundante literatura médica y sin que aún esté clara su definición ni sus causas, haya adquirido una reciente popularidad, con un notable aumento de casos diagnosticados. 
Aumento de los diagnósticos que coincide en el tiempo con la indicación de un tratamiento farmacológico específico. No debemos pensar maniqueamente en que esto sólo se debe a la constante presión publicitaria de los laboratorios sobre los médicos (que la hay), sino también a que el médico, al disponer de un fármaco con que tratarlo, se siente más inclinado a realizar este diagnóstico, y padres y maestros encuentran una explicación y un posible manejo de ese niño difícil en una época en que nuestra tolerancia aparentemente aumenta pero nuestra paciencia no. 
Popularidad producto de una amplia literatura de divulgación dirigida, no sólo a los especialistas, sino a un amplio público: manuales para padres y docentes, artículos en revistas, páginas web…


Polémica en USA:
En Estados Unidos, pionero como siempre en estos fenómenos, se extienden hoy 30.000.000 de recetas al año de estimulantes. Al mismo tiempo, una comisión de expertos designada por la la Agencia del Medicamento de Estados Unidos (FDA) recomienda que se incluya una advertencia en los envases de estos fármacos por su supuesta potencial peligrosidad. 
El uso masivo de fármacos estimulantes en niños ha provocado en USA un debate, más apasionado que científico, entre sus detractores, alarmados por lo que consideran una medicalización irresponsable de la infancia (recientes estudios estiman que el 10% de los niños menores de 10 años reciben esta medicación en EE. UU.), y sus defensores, que sostienen que lo irresponsable es oponerse a una medicación que habría demostrado su eficacia. No contribuye a clarificarlo el que aún se desconozca cuáles son los mecanismos de esta eficacia y los efectos a largo plazo de estos medicamentos.
En medio de este acalorado debate, algunas voces intentan terciar con un poco de cordura y sentido común. Como el Dr. Steve Nissen, cardiólogo y miembro de la comisión investigadora: “Nadie dice que no hay niños que son desesperadamente disfuncionales y necesitan estos fármacos, pero no son el 10% de los niños de 10 años. Lo que quiero es que a los médicos les tiemble un poco la mano antes de extender una receta” (citado el 21/02/2006 por “La voz de Asturias”). 
No se trata entonces de oponerse a una medicación que en ciertos casos puede ser necesaria, sino de racionalizar su uso.


TDAH, problemas de un diagnóstico:
Pero el problema no se reduce a una probable sobremedicación. La investigación con la que iniciamos este artículo nos parece importante como señal de alarma respecto a la facilidad con que hoy en día se diagnostica a los niños, sin tener en cuenta las posibles consecuencias de estos diagnósticos.
Prestemos atención a los principales síntomas que motivan, con razón o sin ella, la presunción diagnóstica de TDAH en orden a su frecuencia: bajo rendimiento escolar (78%), trastornos de conducta (50%), hiperactividad (24%) y, en un porcentaje muy inferior, el déficit de atención que da nombre al síndrome, junto con alteraciones del lenguaje y/o la interacción social y otros. Una amplia gama de síntomas. interesante
No dudamos que entre estos niños se encuentran muchos con problemas psíquicos que requieren atención, pero también muchos otros que tienen dificultades en responder como es esperado a la sobreexigencia de nuestro sistema escolar (totalmente inadecuado al desarrollo infantil, como lo sabe cualquiera que haya estudiado psicología evolutiva), se distraen fácilmente (que no es sinónimo de TDA), son rebeldes o simplemente inquietos (que no es sinónimo de hiperactivos). 
Una vez atribuida por la corriente predominante en psiquiatría una causa orgánica a todos los problemas mentales y psicológicos (incluidos problemas de comportamiento, elecciones sexuales, preferencias personales), ampliamente difundida esta hipótesis como una verdad absoluta (sin que, por lo tanto, ya casi nadie se pregunte por las pruebas que la avalan) y aceptada por gran parte de la sociedad (médicos, maestros, padres), las dificultades psíquicas pasan a ser diagnosticadas y tratadas a la manera de las enfermedades probadamente orgánicas (cáncer, demencias, atrofias): con medicación y rehabilitación exclusivamente.

Cero en conducta:
Alarma particularmente que el 26% de los niños a los que se les atribuye TDAH presenten como único síntoma “trastornos de conducta”. Y alarma porque nos señala que un niño más rebelde que otros corre el permanente riesgo de ser diagnosticado como enfermo mental, segregado por ese diagnóstico, medicado con derivados anfetamínicos… mientras se pasan por alto otros problemas (económicos, sociales, familiares o psicológicos) que pueden ser las causas reales de sus dificultades. ¿Niños con trastornos mentales o que trastornan a la escuela y la familia?      
También alarma que a todo niño con dificultades de aprendizaje (casi siempre acompañadas por dificultades de enseñanza de los docentes) se le presuponga un trastorno mental. Todos tuvimos compañeros de estudios más rezagados. Muchos de ellos desarrollaron posteriormente una vida satisfactoria, cuando no exitosa. Pues esos niños ya no existen. Ahora, y gracias a nuestros progresos, son enfermos mentales (aunque no siempre se les aplique ese nombre, más por piedad que por convicción).
Y alarma especialmente que el 73% de los niños estudiados ya estuvieran siendo tratados con estimulantes pese a que el diagnóstico se confirmaría sólo en el 33% de los casos. 

Otras consideraciones:
También resulta  interesante que, según el mismo estudio, hayan mejorado con el tratamiento niños que finalmente no fueron diagnosticados con el trastorno. Esto puede deberse a los efectos estimulantes de la ritalina  sobre la atención y concentración en todos los niños, independientemente del diagnóstico y de su salud o enfermedad, pero a nadie se le ocurriría por ello medicar a todos los niños (ni a todos los adultos).
Tampoco nos informa el estudio de cuántos de esos niños estaban disfrutando de un tratamiento psicoterapéutico. Dato que sería interesante conocer, sobre todo teniendo en cuenta que diversos 
estudios demuestran que la absoluta mayoría de los sujetos, adultos o niños, mejoran, en menor o mayor medida, con una psicoterapia, sea ésta del signo que sea. Quizás porque el sólo hecho de ocuparse de uno mismo (o que alguien se ocupe de uno, en el caso de los niños) y concurrir a un terapeuta, ya produce una mejoría.


interesante que, según el mismo estudio, hayan mejorado con el tratamiento niños que finalmente no fueron diagnosticados con el trastorno. Esto puede deberse a los efectos estimulantes de la ritalinasobre la atención y concentración en todos los niños, independientemente del diagnóstico y de su salud o enfermedad, pero a nadie se le ocurriría por ello medicar a todos los niños (ni a todos los adultos).

Conclusiones

- Mientras múltiples libros, artículos webs, incitan al diagnóstico precoz del TDAH y alertan sobre los riesgos de no detectarlo, un estudio serio demuestra que el TDAH está sobrediagnosticado, con certeza en la población objeto del estudio, pero con seguridad en el conjunto de nuestra sociedad. 
- Parece conveniente precisar el diagnóstico, no sólo para “evitar tratamientos farmacológicos innecesarios”, sino para no cerrar los ojos a las dificultades sociales, escolares y, sobre todo, psicológicas que se ocultan tras él.
- Sería conveniente que los Equipos de Orientación Psicopedagógica, cuando detectaran una dificultad que excede el campo pedagógico, sugirieran a los padres la realización de una entrevista psicoterapéutica sin sugerir diagnósticos que pueden alarmarlos innecesariamente.
- También sería conveniente no adjudicar patologías psiquiátricas o trastornos mentales a todos los niños que planteen dificultades al colegio, ya sea de estudio o de disciplina. 
- Habría que realizar una buena evaluación, que atendiera a los diversos aspectos de los problemas de rendimiento escolar y/o conducta,  antes de derivar a los niños que plantean esas dificultades a la consulta de psiquiatría infantil (en esto coincidimos con el estudio citado).
Susan Greenfield, prestigiosa
científica británica y Presidente de Royal Institution para la investigación científica en el Reino Unido dice:
“Basta con mirar a los chiquitos de hoy, que prácticamente manejan una computadora desde que nacen. Posiblemente, esto les esté afectando la manera de pensar y actuar. Pero nadie se detiene a reflexionar sobre el tema, y en cuanto llegan al jardín, como no saben sentarse quietitos, cada vez se multiplican los que reciben diagnósticos de desórdenes de atención. 
Son chicos acostumbrados a una pantalla que -¡pim! ¡pam! pum!- los estimula todo el tiempo. Tocan botones y explotan ruidos y colores. Después entran en el aula y los educadores pretenden que se queden concentrados escuchando a la maestra en la silla. ¡Pero no tienen ninguna experiencia ni práctica en eso! Están acostumbrados a que se les fomente una capacidad de atención limitada en su cerebro. 
La mayor parte de nosotros aprendió a concentrarse cuando nuestros padres nos leían cuentos para entretenernos. Si eso se reemplaza por televisión y computadora, es totalmente irresponsable que no se estudie el efecto que está teniendo en los chicos antes de diagnosticarles cualquier cosa o incluso antes de diseñar las políticas educativas.”

Da que pensar.

Antroposofía y la fiebre. Dra. MICHAELA GLOECKLER


LA FIEBRE, SUS SÍNTOMAS Y SU TRATAMIENTO


El tratamiento de la fiebre cobra un rol central en la pediatría, ya que en la edad infantil prácticamente no hay enfermedad que aparezca sin ella. Hoy en día en la medicina clásica ya hay un cambio rotundo en su tratamiento, a raíz de que, en los últimos anos se ha investigado tanto sobre su fisiología. Incluso apareció un articulo en una revista de medicina general, en el cual se afirmaba que hoy solamente el medico inexperto prescribe supositorios contra la fiebre. Lamentablemente en la práctica las cosas son muy distintas todavía, porque los pediatras siguen prescribiendo antitérmicos en forma inmediata, simplemente para tranquilizar a los padres y por el hecho de que existe el mito de que la fiebre es algo malo.

Detrás de todo esto hay una concepción atomística del hombre, la cual lleva a pensar que, al igual que en la naturaleza inorgánica, las particularidades del alma y del espíritu deben de estar de alguna forma constituidas sobre partículas elementales especialmente pequeñas, según un modelo atómico. Pero quizás las leyes que valen en la naturaleza inorgánica no sean tan fácilmente extensibles a los niveles espirituales, donde tal vez valgan otras totalmente diferentes. Sin ir mas lejos, mientras que para describir un organismo vivo usamos en general modelos cíclicos, en los fenómenos inorgánicos podemos establecer, por ejemplo, una relación causa efecto. Si empujo una bola inmediatamente se produce una relación directa  entre el impulso que es la causa y el efecto que se produce mas tarde. En cambio, si pensamos en como crece una planta y forma una semilla, surgen inmediatamente las preguntas: estaba antes la planta para formar la semilla, o la semilla para poder crecer la planta? Cual es la causa y cual es el efecto? Nos topamos aca con el fenómeno de la simultaneidad. Este también podemos observarlo en una célula del hígado, donde cientos de procesos de síntesis profundamente distintos se desarrollan al mismo tiempo, prácticamente en el mismo lugar físico, y cuyos productos van a parar a lugares muy distantes en el organismo. Hemos llegado a aislar tan finamente que también tenemos una concepción atomística de la enfermedad, que nos hace a veces tomar un síntoma aislado, por la enfermedad. Esto es lo que ocurre generalmente con la fiebre, ya que es difícil no ver en ella un síntoma de enfermedad aislado, peligroso que debe eliminarse. En realidad debería verse como la expresión de un esfuerzo conjunto, de todo el organismo para un fin bien determinado.

Básicamente sabemos que el cuerpo usa una cantidad de procesos metabólicos y hormonales, solo para mantener su temperatura constante en 37 grados y que cada órgano tiene dentro de ese margen, poco mas poco menos, su temperatura especifica que también es mantenida constante. A esa temperatura, también esta condicionado nuestro normal funcionamiento. Mas abajo de los 36 grados, nos estamos congelando, todo va mas lento, no tenemos vida mental activa. Del mismo modo, subiendo a 38,5, 39, 39,5 grados, empezamos a entrar  en otros estados de conciencia; y si la temperatura sube aun mas entramos ya en un delirio febril durante el cual no podemos pensar claramente.

Uno se puede preguntar, que significa que el cuerpo aumente la temperatura por si solo. La fiebre no es otra que un nuevo limite fijado por el organismo para su temperatura óptima, por ejemplo 40 grados.

Recordemos que en pediatría la temperatura corpórea se mide en forma anal, solo en caso de apendicitis medimos axilar y análmente para obtener la diferencia. Según libros pediátricos alemanes se dice: 35,5 37,5 grados es normal, hasta 38,5 grados es temperatura elevada, todavía no es fiebre, 38,5 a 39,5 es fiebre, y 39,5 a 41 grados es fiebre alta.

Es así, que el organismo busca, para cada enfermedad, un limite de temperatura bien claro en el cual se mantiene por un tiempo. Durante este lapso todos los procesos metabólicos dentro de él se realizan acelerados y atípicamente y también pueden aparecer otros nuevos procesos. Entre estos últimos están los inmunoestimulantes, ya que el fin de todas estas infecciones febriles es la producción de nuevos anticuerpos. La fiebre es desencadenado por pirógenos exógenos: toxinas bacterianas y toxinas virósicas. Estas pueden actuar directamente sobre el hipotálamo, pero a su vez desencadenan una serie de formaciones pirógenas endógenas, por ejemplo, las prostaglandinas, que también influyen, dentro del hipotálamo, al centro del calor. Estos pirógenos endógenos provocan una serie de procesos metabólicos. Por ejemplo es estimulado el páncreas que produce gran cantidad de insulina y glucógeno; los procesos en el hígado se modifican: se produce mas glicoproteínas y la síntesis de albúmina es reducida. También sabemos que los niños se vuelven anémicos durante la fiebre y hoy se ha comprobado que el hierro entra en el RES  del hígado y de los otros órganos reticuloendoteliales, pero en especial del hígado, y desaparece de la sangre, por lo que un análisis en ese momento refleja hemoglobina baja. Al mismo tiempo se observa mas cobre y zinc en la sangre que son liberados del hígado. Esto es interesante ya que cobre y zinc tienen efectos tóxicos sobre microorganismos, mientras que el hierro los alimenta; o sea, que los primeros contrarrestan el crecimiento y disuelven los virus y las bacterias, etc. Seguramente haya muchas mas razones por las cuales se produzca durante la fiebre  este cambio de minerales, pero uno de los motivos fundamentales es el ataque directo  a los microorganismos. La fiebre origina además la descomposición de los lisosomas, burbujitas ínfimas en la célula, en las que hay enzimas que actúan hidrostáticamente, que son liberadas. Por otro lado, los pirógenos endógenos hacen liberar una cantidad de los llamados mediadores: por ejemplo las linfoquinas que estimulan muy especialmente la procreación  y el aumento de los linfocitos, que se agrupan en dos clases T y B. Los T atacan directamente a las células, actúan citotóxicamente, y los B forman los anticuerpos, atacan indirectamente las células. Otros mediadores determinan la movilidad de los leucocitos; por ejemplo los granulocitos pueden moverse mas rápidamente al lugar de la formación de pus, están estimulados, mas movibles.
Todo este complejo que se llama inmuno estimulación es llevado a un movimiento total. En este punto debo aclarar una diferencia importante. Algunos médicos piensan que bañando a un niño con agua muy caliente, o sea calentándolo  externamente a 39,5 grados, resulta algo parecido a la fiebre. Hoy se sabe que no: si bien se tiene el efecto positivo del calor sobre la circulación y los diversos procesos metabólicos, el sistema inmunológico es reducido. Este sobrecalentamiento solo tiene efectos depresivos.
Para tener completos los factores desencadenantes, quiero mencionar dos cosas mas que estimulan la fiebre. No son siempre los pirógenos exógenos. También puede ser un cumpleaños infantil, o un viaje, o una emoción, la separación de los padres. Los chicos de pronto tienen fiebre sin motivo aparente, porque el cerebro infantil, por su falta de madurez, reacciona mucho mas sensiblemente a esas impresiones anímicas. Además sabemos que los esteroides también actúan pirógenamente, porque durante la ovulación la temperatura de la mujer se eleva en medio grado. Entonces resumiendo, la fiebre produce un efecto dañino sobre los microorganismos a través de la actuación directa venenosa de los metales pesados, de las enzimas y como tercero, la acción destructiva por la estimulación inmunológica y la fagosíntesis. El proceso es apoyado por el organismo, ya que el metabolismo propio es reducido: los chicos tienen poco apetito y solo beben algo dulce.Cuando yo estudiaba, aprendimos que la palabra resfrío es un término de la medicina popular mágica, y que medicamento no tiene ninguna relevancia; pero en los años 80, este término fue rehabilitado, luego de observar en experimentos con animales que tanto los virus del resfrío, como los de la influenza (gripe), tienen una temperatura óptima para reproducirse a los 33 grados, o sea que cuanto mas frío está un organismo, tanto mayor es la chance que estos se reproduzcan. Así hoy, mediante experimentos con animales y hombres se encontraron  las temperaturas óptimas para cada una de las distintas especies virósicas, y también la fiebre óptima donde termina su posibilidad de reproducción. 

Entonces ya no solo es importante que alguna elevación de temperatura inicie todo el proceso que mencionamos antes, sino que es fundamental el valor absoluto de la fiebre, que para una determinada especie de microorganismo sea mortal. Por eso no se está pensando fisiológicamente si se intenta bajar la fiebre mayor de 39 grados “porque es mala”. Aquí comienza el trabajo del médico. Se debe conocer al niño, saber lo que puede soportar su organismo y observar, cuanta de la fiebre que debería producir para esa acción específica se le puede dejar. Hay chicos robustos, cachetones de 2 años que enseguida tienen 41 grados, pero se les puede hablar perfectamente y están aquellos frágiles, que cuando les sube la fiebre empalidecen, se debilitan y de los cuales se tiene una impresión que una temperatura de 40 grados los consume. Por eso es importante una medicina individual, que realmente trate de orientarse en las condiciones de vida de cada organismo y posibilite que realmente se observe al niño. Hay cosas que no se pueden resolver por teléfono, porque en determinadas circunstancias, para el niño es mucho mejor estar durante 24 horas con 40,5 grados que, ya por teléfono,  recetar un antitérmico por las dudas. Juntando todos estos conceptos, podemos decir, que la fiebre es el mejor y el mas natural de los antibióticos.
Quiero referirme ahora al mecanismo externo por la cual la fiebre se manifiesta. Es un efecto vasoconstrictor: se tiene frío por medio del cual se cierra la periferia y la temperatura puede seguir subiendo adentro. Cuando el cuerpo alcanzó la fiebre que quería, exactamente en ese momento, abre la periferia: los niños empiezan a transpirar y tienen cachetes colorados, la temperatura se mantiene y no sigue subiendo. Este proceso nos brinda el indicio para apoyar con la terapia al organismo en su tarea natural. El núcleo del cuerpo, allí donde están los órganos del metabolismo, es el que produce el calentamiento. También el temblar de frío de los músculos y el metabolismo producido por la fiebre generan calor, aunque al principio parezcan fríos. Si se toca al niño mientras la fiebre está subiendo, puede estar por ejemplo en 40,5 grados, la cabeza hierve pero las manos  y los pies todavía están fríos. Si en ese momento se le hacen vendajes húmedos en las pantorrillas, o se lo tapa solo con una sábana liviana, entonces se logra exactamente lo contrario a lo que se pretendía. El trabajo mas importante que quizá tengamos nosotros como médicos es explicarle a la madre la fisionomía externa de la fiebre. Es correcto que, cuando un niño tiene fiebre alta y está hirviendo, solamente se lo debe tapar con una sabanita, pero recién en el momento cuando el cuerpo está listo para entregar calor, no antes. Este es el momento donde las manos y las pantorrillas están calientes. Por eso es importante que se les diga a los padres: toquen a sus niños, mientras tengan manos y pies frías, tápenlos bien y den les de tomar algo caliente para intentar ayudar al cuerpo en su labor de aumentar la temperatura. 

Por supuesto que sería una catástrofe si después de taparlo bien, como nos dijo el médico, nos vamos de compras y nos despreocupamos por dos horas, porque ya en diez minutos la situación puede haber cambiado totalmente. El proceso febril es un proceso que se desarrolla en el tiempo, donde cada estado tiene su tiempo bien individual. Un buen promedio es medir cada media hora, tocándole siempre las manos y los pies. Por ejemplo se midió 40,1 grados a las 18 horas, pero el chico todavía estaba frío, se le da un poco de té caliente, una bolsa de agua caliente en los pies y se lo tapa bien. Puede ser que ya a las 18 30 horas la temperatura suba a 40,5 grados y ahora sí, las manos y los pies están calientes, y tiene gotas de transpiración en la frente; la centralización se terminó.. y ahora sí, viene la frazadita liviana, la bebida tibia y los vendajes de pantorrilla si se tiene la impresión que la fiebre es demasiada alta para el niño. Con estas medidas físicas para el niño, se puede estar seguro que no se lleva la temperatura esencialmente debajo de la óptima. Si uno tiene la impresión de que el niño con 40,5 grados está bien, no apático y es un niño fuerte, entonces también se puede esperar, solo taparlo liviano, darle de tomar y a la media hora volver a medir y quizá se de cuenta que la temperatura se quedó en 40,3.
Todos conocemos la fiebre de 3 días, generalmente en niños pequeños. Durante tres días, tienen un continuo de fiebre de hasta 41 grados, oscilando entre los 39 y 41 grados, en general siempre muy alto. Si en este caso tratamos de combatir con todos los medios la fiebre sabiendo que el organismo trata de mantenerla elevada durante tres días, significa un trabajo mucho mayor que soportar la fiebre. Generalmente no será la primera vez que el niño levante temperatura, por lo que se debería estar ya en condiciones de saber cual es la fiebre óptima para su organismo. Por ejemplo podemos empezar con las medidas arriba de los 39,5 grados pues se sabe que ese valor e un óptimo de temperatura media para la virostasis.
Hay una serie de medicamentos con los cuales se puede apoyar  este desarrollo fisiológico de la fiebre. Por ejemplo si los niños tienen la tendencia a tener fiebre muy alta, exagerada, y enseguida se le ponen colorados los mofletes, entonces receto cada dos horas cinco gotas de Apis/Belladonna. Cuando haya pasado ese estado muy agudo, se puede reducir la dosis a tres veces al día, y después solo una vez al día. Hay que recomendarles a los padres, que no despierten a los niños a las dos horas, solo para darles las gotas. Si los niños tienden a un aumento muy abrupto de la fiebre, están extremadamente pálidos, y son mas bien del tipo nervioso y débiles, entonces es mejor darles Aconitum, mientras sube la fiebre. En caso de gripe, también se puede emplear Bryonia-Eupatorium comp., o simplemente Aconitum D3. El Bryonia-Eupatorium comp. es recomendable cuando ya hay una epidemia de gripe declarada, con hinchazón de las articulaciones, y Aconitum D3 solo en fiebres mas simples, donde se descarta una infección mas grave.
Antes de seguir con la medicación hablemos, en este punto, un poco de las convulsiones. Hay niños con tendencia a tener convulsiones livianas. Llamo livianas a aquellas detrás de las cuales no se esconde una epilepsia; eso es completamente diferente. La convulsión normal se presenta, la mayoría de las veces, porque el niño está frío y el ascenso de la fiebre se produce muy bruscamente. Debo decir que las convulsiones aparecen siempre en la fase crecimiento de la fiebre y de ahí que es importante, que a esos niños con tendencia a tenerlas, se los vista con suficiente ropa para que en caso de resfrío la fiebre no suba tan deprisa. Hay que recomendarles a los padres, una y otra vez, que a los chicos en edad de crecimiento, por lo menos hasta los 9 años, debe mantenérselos siempre a temperatura constante, y no intentar que se fortalezcan. Recién entre los 9 y 12 años la circulación de la sangre se regula sola, para poder afirmar que existe una regulación circulatoria estable; y solo debería entrenarse a un sistema circulatorio estable con endurecimiento y no a uno débil que todavía está desarrollándose. Lo mejor es que el núcleo del cuerpo esté caliente; la calefacción no es nada sana, en especial para los órganos respiratorios, ya que seca el aire. Se le puede decir a una abuela que teja una camisetita de algodón y luego la ropa normal. El test para saber cuan abrigado debe estar es que los pies y las manos deben estar siempre calientes, tibios no alcanza: calientes. Hay padres que dicen que sus niños, al igual que ellos, siempre tienen los pies fríos, que eso es natural en su familia. A ellos hay que tratar de explicarles que eso no les hace bien ni a sus chicos ni a ellos mismos, que si se vistieran mas abrigados seguramente no sería así. Hay que recalcar que esto, para un niño con regulación calórica en desarrollo es directamente nocivo..
Volviendo a los medicamentos, en niños muy peligrados de sufrir convulsiones, también puede emplearse, a intervalos, un “amargo”; por ejemplo Genciana o Cichorium. Hemos recibido varias veces en la clínica niños, en los que se había descartado epilepsia, que venían con la primera o segunda convulsión, en los que habiéndoseles aconsejado tomar esos amargos, las convulsiones no volvieron a producirse nunca mas (el amargo ayuda al cuerpo etéreo a aceptar mejor al cuerpo astral, que es el que se acalambra y si puede entrar mejor dentro del cuerpo etéreo, no se contractura mas). Hay dos medicamentos que se pueden dar mejor en forma de inyecciones, si se tiene la impresión de que la fiebre consume, le pesa demasiado al organismo. 
Por un lado Carbo D30, porque estimula todo el proceso de la formación de sustancias en el cuerpo físico, y la potencia tan alta porque se ve que el paciente con tanta fiebre se consume demasiado. Al Carbo D30 se le puede agregar Argentum D30, porque este estimula toda la formación del cuerpo a partir del Yo. O sea el Carbo para lo físico y el Argentum mas para la organización del Yo.




jueves, 25 de febrero de 2016

Puré infantil con wakame


Ahora que vuelvo a ser mamá y que soy más consciente de la importancia de la alimentación, intento alimentar a mis hijos de la mejor manera. Es curioso como me está costando encontrar recetas de purés infantiles con alimentos más allá de las carnes y el pescado. 
Dejarme que haga aquí un inciso, no soporto las etiquetas (como ya sabéis) pero voy ha hacer referencia a una que me da la risa, BLW, tranquilos no es una marca de transportistas, es la Baby Led Weaning, es decir, alimentación autorregulada por el bebé, wowww! si estuviera escribiendo un whatsapp añadiría emoticonos de risa...
Me pequeño Leo come primero (por tema horarios) cuando comemos nosotros siempre nos pide comida y le damos encantados, es decir, come puré y come trozos sin triturar.
En las meriendas vamos combinando, un día puré de frutas, otro día fruta a trocitos, pan con jamón dulce o pavo, yogurt... 

A lo que iba, ahora que ya tiene casi 13 meses, empiezo a cocinarle purés con algas.
No he encontrado ninguna receta, al menos en español, por internet así que aquí la dejo. Soy súper fan de la Thermomix, espero que cocinarla tradicionalmente salga igual de rica.

Puré de merluza, calabaza y wakame.

Para unos 3 potes:
1/2 calabaza pequeña
2 o 3 zanahorias
1 calabazín
1 puerro
2 lomos de merluza
wakame seco poquito, no más de 5 grs.

Ponemos el wakame en remojo, se hincha bastante. 
Hervimos las verduras, no pongas mucha agua ni las hierbas demasiado, dónde vivo yo el agua del grifo está fatal, así que uso embotellada.
La merluza la hacemos a la plancha. 
Cuando falten 10 minutos para retirar las verduras le añades las algas.
Trituramos todos los ingredientes con un poquitín de sal marina (cuidado con la yodada)

En el momento de servir es cuando le añado el chorrito de aceite de oliva.

Las algas son probablemente los vegetales más nutritivos del planeta, ya que tienen acceso y absorben todos los nutrientes de los océanos. En concreto la wakame es la más rica en minerales.

No hace falta que recuerde que sólo soy mamá, no soy nutricionista, ni psicóloga...

Hoy estreno nueva sección, ¡las recetas! así que agradecería mucho mucho comentarios o sugerencias.


miércoles, 24 de febrero de 2016

Lo mejor eres tú

Una mamá bloguera compartió un día sus reflexiones sobre los consejos, desconsejos, advertencias... de la maternidad. Poco se esperaba ella de las veces que se han compartido. A los pocos días, incluso un pediatra colgó sus escritos en la consulta.

Desde su web, podemos descargarnos esta preciosa lámina que ha diseñado una amiga suya. Aquí os dejo el link de descarga.

Y no olvides, lo mejor para tus hijos eres TÚ.



Imagínate escribir un post y salir en la prensa:


martes, 23 de febrero de 2016

Un chef muy especial, Juan Llorca


"Tras más de 15 años de cocinero y jefe de cocina en restaurantes como Ca Sento, La Sucursal, Envero, Oquendo, Hospital La Fe… y realizando caterings para más de 400 personas, hice realidad uno de mis sueños: crear y estar al frente de mi propio restaurante vegetariano.

Poco después encontré un nuevo sentido a la cocina: aquella vista desde la óptica de un niño. ¿cómo poder ayudarle para que cada uno esté equilibradamente alimentado mientras disfruta y aprende de la importancia de una alimentación sana y natural.

Por ello, día a día y conociendo las necesidades personales de cada niño/a (desde algún tipo de intolerancia, carencia, desequilibrios alimenticios…), llevo a cabo mi labor con todo el cariño e involucración para favorecer el desarrollo físico e intelectual de todos ellos a través de la educación de una alimentación saludable".

Ésta es su presentación, hoy en día es cocinero de la escuela Valencia Montessori School y cada viernes nos regala un nuevo vídeo con recetas, consejos... para comer saludable en casa con nuestros hijos. Podemos seguirlo en su canal Youtube, Facebook o Twitter.

Me llama mucho la atención su enfoque crítico que realiza para que nos responsabilicemos a la hora de alimentarnos de forma sana, nosotros mismos y a su vez la alimentación de nuestros peques. Con estética rapera, tatuajes, sus críticas a ciertos alimentos y sus vídeos desde su casa hacen de él un cocinero que invita a seguir.

Os dejo aquí su primer vídeo.





¿Te ha parecido interesante? 



lunes, 22 de febrero de 2016

Eline Snel, mindfulness para niños


Resultat d'imatges de Tranquilos y atentos como una rana



Hoy comparto con vosotros una entrevista muy interesande de Eline Snel, una vida dedicada a la enseñanza del mindfulness y creadora de Mindfulness Matters, un método pionero para formar a los niños en esta técnica desarrollado desde su experiencia personal y profesional.


“Tranquilos y atentos como una rana”, el libro que ha escrito para practicar el mindfulness en familia, ha sido publicado ya en 27 países, incluidas las ediciones española y catalana.


¿Mi consejo a los padres? “¡Escucha, escucha, escucha a tus hijos!”

¿Cuál fue su primera aproximación al mindfulness?
Entre 1972 y 1979 trabajé como enfermera y maestra en un hospital. Me di cuenta que los pacientes que sufrían y tenían miedo necesitaban ser tratados de otro modo, necesitaban un cuidado más amoroso, desde el corazón. Desarrollé entonces un programa (no había ninguno en Europa) para adultos que sufrían de estrés, ansiedad y pérdida llamado “dealing with life energy” (gestionando la energía vital).
Cuando en 2000 oí hablar del programa MBSR de Jon-Kabat Zinn (programa de reducción del estrés) ví que nuestros programas tenían muchos elementos en común, puesto que la base de ambos está en las raíces budistas. Me formé como formadora de MBSR en 2005. Desde entonces he formado a muchos adultos. En 2009 empecé a desarrollar un programa de mindfulness para niños.

¿Le fue fácil integrar el mindfulness en su vida cotidiana? ¿Cómo lo consiguió?
A veces es difícil meditar a diario. Cuando estás ocupado, con niños en casa, el único modo de integrar el mindfulness fue la práctica informal: estar presente en lo que haces en los momentos en los que lo estás haciendo. Por ejemplo: cuando hacía la cola en el cajero del supermercado, comiendo en el momento que comía, sintiendo la pequeña mano de mi hija en la mía, escuchando a alguien abiertamente y sin juzgar, dándome cuenta de la distracción de mis pensamientos,…
Ahora que los hijos “volaron” y a pesar de seguir teniendo una vida ajetreada, medito cada mañana durante 30min, además de los talleres, retiros y sesiones de formación en las que participo.

¿Cuando decidió hacer del mindfulness una práctica profesional? ¿Por qué eligió los ámbitos de la educación y la sanidad para desarrollar su trabajo?
Empecé a formar adultos en 1979 cuando tenía 25 años. Me di cuenta que en la educación de mis hijos el mindfulness “marcaba la diferencia” incluso cuando eran muy pequeños. Hace cinco años un grupo de directoras de centros de educación primaria que habían seguido mi programa de MBSR me preguntaron 
“¿Por qué no desarrollas un método de formación en mindfulness para niños en el entorno de la educación y la salud? Si hubiera tenido una formación así cuando niña, ¡mi vida hubiera sido otra!”.
Me ofrecieron sus centros, sus alumnos y la oportunidad ponerlo en práctica. Así que la metodología de Mindfulness Matters se desarrolló desde las raíces y no desde un libro o la mesa de un despacho. Empecé a formar maestros y profesionales de la salud (terapeutas, psicólogos, médicos y enfermeras) para capacitarles como formadores de niños en sus escuelas y consultas. Después escribí “Tranquilos y atentos como una rana” para padres y madres de niños entre 5 y 12 años. Se ha publicado en 27 países alrededor del mundo… y eso me lleva a peticiones de formación en muchos países extranjeros, ¡una evolución que no podía haber previsto jamás!

No es fácil para los adultos entender en qué consiste realmente el mindfulness, ¿cómo explica el mindfulness a los niños?
Usando la metáfora de la rana. Esta es una pequeña parte del manual del profesor para usar en sus clases “Para aprender a concentrarte en tu respiración, puedes contemplar una rana en la orilla de un estanque. Está completamente quieta. Su estómago se hincha y se deshincha con cada respiración. Puedes verlo fácilmente. Así que una rana es muy buena sentándose completamente quieta y concentrándose. Solo cuando hay un peligro, la rana salta lejos. Pero mientras eso no sucede no hace nada. Nada más que estar sentada y contemplar lo que está pasando. Puedes aprender de la rana a sentarte tranquilamente y contemplar. Y quien sabe, quizás un día se convierta en un príncipe.” Es más fácil explicar el mindfulness a los niños que a los adultos. Los ejercicios estar alineados con su habilidad de relajarse, concentrarse y respirar desde el juego.

¿En qué consiste una sesión de mindfulness para niños? No puedo imaginarme a muchos de los niños que conozco sentados durante mucho rato…
Cada sesión consiste en unas pocas historias de 3 a 10 minutos, en las que se concentra la esencia de la lección, una o más meditaciones (llamadas ejercicios de atención o conciencia) y algunos ejercicios de movimiento consciente. Los ejercicios de los niños más pequeños son más cortos (3-5min) que los ejercicios de los niños mayores (5-15min).
Cada semana (durante 8-10 semanas seguidas) se da una lección. El primer día de la semana la sesión dura 30 minutos (niños de 4 a 8 años), 40 minutos (niños de 8 a 10 años) o 40-50 minutos (niños de 10 a 12 y 13 años). En los siguientes cuatro días de la semana las sesiones son de 10 minutos. En resumen, son sesiones más cortas y variadas que las sesiones de adultos. Una lección se trabaja durante 5 días.
Mi experiencia es que incluso niños con diagnósticos de déficit de atención y hiperactividad, para los cuales estar quietos es un problema, consiguen después de pocas lecciones relajarse y concentrarse en los ejercicios que se están realizando.

¿Cómo reaccionan los niños a la formación en mindfulness? ¿Cuáles son las experiencias y emociones más frecuentes que comparten con los formadores?
A la mayoría de los niños les encanta. Después de 8 semanas no quieren dejar la formación; en Holanda hay alrededor de 4000 niños formados y en Francia 600. Los niños suelen contar que se pelean menos, tienen más confianza en si mismos y en los demás, se concentran más fácilmente, se enfadan menos… las madres observar que sus hijos están más calmados, más seguros de sí mismos y que no le dan tantas vueltas a las cosas. 

También hay muchas emociones que afloran durante los ejercicios, por ejemplo cuando los niños expresan su deseo más profundo (el ejercicio del árbol de los deseos trata sobre aquello que es difícil que se convierta en realidad). Algunos niños imagina, por ejemplo “Deseo que mis padres divorciados) vuelvan a estar juntos de nuevo”, “Deseo que mi abuela que murió hace unas pocas semanas vuelva a vivir”. Esto demuestra que los niños se sienten seguros de expresar sus sentimientos.

Uno de los aspectos en los que incido una y otra vez cuando formo maestros es: “No juzguéis las experiencias de los niños, todas las experiencias están bien”. Lo cual es difícil para la mayoría de los maestros porque están acostumbrados a juzgar lo que los niños sientes, piensan y hacen.

¿Como maestra, que beneficios puede traer el mindfulness a mis alumnos?
Antes de poder formarse como formadores, los maestros tienen que seguir el programa MBSR de 8 semanas. Algunos de los efectos directos son; se sienten más tranquilos, más atentos en sus reacciones hacia los demás; en su trabajo en la escuela y en su clase se sienten más tranquilos, relajados, con menos estrés. 

Esto en sí mismo ya tiene efecto en la tranquilidad del grupo clase y la concentración de los niños, que disfrutan de un entorno de aprendizaje más tranquilo.

Los siguientes efectos se refuerzan cuando los niños siguen una formación:
– Pueden concentrarse mejor.
– Están más tranquilos y relajados
– Tienen más confianza en sí mismos.
– El trato hacia sí mismos y hacia los demás es más amistoso (menos peleas, menos bullying)
– Pueden gestionar mejor sus emociones.

Algunos profesores dicen haber observado que los niños consiguen mejores resultados de memoria, concentración, comportamiento dirigido a objetivos, herramientas de planificación, de pensamiento creativo,… todas estas habilidades contribuyen a mejorar el aprendizaje cognitivo.

Como terapeuta, ¿de qué modo puede el mindfulness apoyar el progreso de una terapia?
Cuando los niños terminan la formación pueden gestionar mejor el malestar, la ansiedad, los pensamientos depresivos… los niños con desórdenes en el espectro del autismo reaccionan muy positivamente: sienten menor ansiedad y mejoran su sensación de bienestar emocional y físico.

¿Puede darnos un consejo para llevar el mindfulness a la familia?
Lo primero: compren mi libro “Tranquilos y atentos como una rana” (risas). Contiene muchos ejercicios prácticos que pueden practicarse en casa a la hora de la comida, mirando la tele, etc.

Uno de los consejos más importantes para los padres es: “¡Escucha, escucha, escucha a tus hijos!” ¿Qué es lo que realmente te están diciendo? ¿Qué necesitan? Intenta ser tan abierto como puedas, capta incluso los sentimientos y pensamientos más sutiles, sus anhelos y expectativas. Y si empiezas a pensar y sientes crecer sentimientos mientras les escuchas, date cuenta de ello e intenta regresar a la escucha atenta. Como dicen los niños “¡Dicen que escuchan pero siempre me cuentan su historia mientras estoy hablando!”.

Dice de sí misma que es una madre y una abuela de “corazón y alma”. ¿En qué ha contribuido la práctica del mindfulness en sus relaciones familiares?
En estar abierta y tener una atención compasiva hacia los miembros de mi familia. Sin juzgar a uno o a otro, sino amando a cada uno del modo que es.

¿Cuál es el regalo más valioso que el mindfulness ha traído a su vida?
La simplicidad. Ser consciente una y otra vez de que siempre existe la posibilidad de prestar atención a la respiración y encontrar en esta vida agitada un lugar donde siempre hay paz. Y el profundo efecto de acompañamiento que produce la compasión. Al estar yo misma “en casa”, puedo ofrecer un cálido lugar para otros.

Fuente: hhttp://sloyu.com/blog/blog/2013/09/16/entrevista-eline-snel/




Os dejo aquí un link dónde poder descargar gratis 
Programa Aulas Felices (Infantil, Primaria y Secundaria)