Bienvenido al blog, aquí encontrarás terapias y alternativas a la medicación para niños hiperactivos. Porque no todos los niños hiperactivos son TDAH.

La finalidad de este blog es dar a conocer mi experiencia como madre, mi día a día alternativo.


Por mucho que mediquemos si el diagnóstico es erróneo, es decir no hay un problema neuronal sino un problema de visión, de oído, de estrés, de alimentación no adecuada o de lateralidad cruzada, lo único que haremos es empeorar a nuestros hijos. Porque el problema de fondo continuará.

Entra, lee, mira, escucha y dame si te apetece tu opinión y sobre todo tus consejos.


viernes, 27 de septiembre de 2013

El fracaso de los padres se llama Trastorno por Déficit de Atención

En el mundo hay millones de niños diagnosticados con el padecimiento, y por ende, medicados con fármacos.Debido a su alta propagación parecería que el Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es un virus, lamenta Joseph Knobel Freud, psicoanalista infantil y fundador y docente de la Escuela de Clínica Psicoanalítica con Niños y Adolescentes de Barcelona, España.

“En 1950 uno de cada 10 mil niños lo padecía, ahora lo tiene el 13 por ciento de la población. En 2011, tan sólo en Estados Unidos, el 10 por ciento de la población infantil padecía esta enfermedad, pero en 2012 se duplicó. En España hay primarias donde la mitad de su alumnado está consumiendo Ritalín, fármaco recetado por psiquiatras y neurólogos para inhibir la hiperactividad de niños diagnosticados con TDAH. En México, aunque no hay datos precisos, los diagnósticos con niños que padecen el trastorno y por ende, el consumo de la medicina, va al alza” lamenta este especialista.

El doctor Joseph Knobel Freud impartió un Seminario para profesionales de la salud mental del Centro de Especialización en Estudios Psicológicos de la Infancia (CEEPI), cuyo nombre fue ‘Desmedicalización Infantil: TDA, Negativismo Desafiante y otras Etiquetas’. La sede, el Hospital General Dr. Manuel Gea González.

“La verdadera pandemia es la medicación de la vida cotidiana y esto aplica a niños que con toda certeza no padecen TDAH. El trastorno es el resultado del fracaso de los padres de familia y de los maestros, porque son incapaces de observar que los niños están deprimidos por diversas razones y la hiperactividad que manifiestan es el efecto del problema. Lo más fácil es medicarlos, sin embargo, en unos años veremos que habrá sociedades de adultos dependientes y con altas probabilidades de ser adictos a las drogas”, explicó Knobel Freud.

El estudioso explicó que existen ejemplos de peso que sustentan sus teorías. “El 90 por ciento de los niños que fueron diagnosticados con TDAH a nivel mundial tiene a sus padres separados o divorciados. La  hiperquinesia de los niños es sólo una manera de expresar lo mal que se sienten por una realidad que no comprenden y les lastima. Los niños no han desarrollado el lenguaje adulto y no tienen palabras para expresar lo que sienten. No están enfermos sólo es que los adultos son incapaces de analizar que ellos mismos son el origen del problema. Lo que necesitan los niños, pero mucho más sus padres, es una terapia psicológica”, dijo.

Knobel Freud fue más allá. “El TDAH no existe como enfermedad, repito, el fracaso de los padres se llama TDAH. Pueden estar deprimidos y expresar una situación que implica abuso sexual o maltrato infantil. Es indispensable averiguar el origen del problema y verán que el padecimiento es inexistente”.

El terapeuta dijo que la supuesta existencia del TDAH ha permitido algo muy peligroso: que los profesores, mediante el Test de Colman, evalúen a un niño y digan si éste padece TDAH, situación anormal, porque su función es educativa, no de diagnóstico.

Freud pide a los padres de los niños diagnosticados con TDAH y medicados por esa razón que olviden los fármacos. “He visto chicos en consulta que no se mueven, que dan ganas de zarandearlos para que reaccionen porque están bajo el influjo de los medicamentos”.

Freud recuerda el caso de un chico a quien diagnosticaron con TDAH por su excesivo descontrol; el niño acudía a la consulta de las cuatro de la tarde casi dormido a causa de los medicamentos.

Durante la terapia Freud descubrió que el chico era inquieto debido a las fuertes y constantes peleas entre sus padres. Además, aprendió a controlar sus impulsos, “que es muy diferente a que no se mueva”.

Freud acepta la existencia de niños impulsivos pero no tolera que, lejos de averiguar qué motiva esa inquietud, se quiera tapar un problema medicando al pequeño. “Los psicoanalistas y los psicoterapeutas debemos averiguar el porqué de ese comportamiento; el chico de la terapia tenía miedo por la manera en que sus padres se trataban; tras una terapia familiar la situación mejoró y el niño se fue tranquilizando” cuenta.

Este método es paulatino. “No soy partidario de la rapidez, y debo decir que el cambio no se logró en un mes, casi tardamos un año, pero ese tiempo no tomó drogas, lo único que le metí fueron palabras. Los psicoterapeutas tenemos que defender la capacidad de las personas de hablar de sus problemas, no de taparlos con drogas”.

Freud, especialista en niños, sugirió a los padres de niños medicados por trastornos como el TDAH acercarse a terapeutas que entiendan que los fármacos son peligrosos. “Además de los efectos secundarios, los medicamentos son malos en algunos casos porque siguen la lógica de ‘voy a buscar un elemento químico, externo a mi propia química, que provoque un cambio que yo no consigo’; las medicinas están bien para un dolor de cabeza”.

Joseph resalta que los medicamentos para los niños con TDAH son conocidos como ‘la pastillita de portarte bien” pues los niños están más tranquilos aunque el padre le pegue a la  madre, pero, en el fondo, la intranquilidad persiste y como el chico no sabe cómo procesarla siempre está inquieto y los padres y los terapeutas tapan el síntoma con un medicamento.

“Cuando un padre le da al hijo un medicamento para acallar los síntomas le enseña la dialéctica de que algo de fuera te puede producir un estado mental diferente, así que cuando el joven fume marihuana el padre no podrá decirle que no pues desde que era un niño le administró metilfenidato para lograr el comportamiento deseado, le enseñó que es más fácil tomar un diazepam que aprender a relajarse” explica este especialista.

Freud insta a la gente interesada a buscar los manifiestos que apoyan el movimiento por la despatologización de la vida. “Las firmas de apoyo ayudan a la lucha contra las grandes empresas que quieren negociar con la salud de nuestros hijos, porque esto es un negocio, y eso es lo que más rabia da; si el Ritalín saliera de los árboles y fuera gratis le apuesto lo que quiera que no existiría el TDAH ni su respectivo  medicamento, hay un negocio detrás”.

Fuente: http://ferriz.com.mx/te-recomendamos/el-fracaso-de-los-padres-se-llama-trastorno-por-deficit-de-atencion/


Actividades de Integración Sensorial para niños con Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad

to17Actualmente un 3 a 5% de los niños en edad escolar presentan Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH), siendo seis veces más frecuente en los hombres. Normalmente se ve reflejado en niños muy inquietos con una falta de atención muy llamativa o notoria. El 40% de estos niños presentan problemas de aprendizaje y también personales.

En muchos de los casos la hiperactividad puede ser causada o agravada por alguna disfunción o desorden de integración sensorial en el niño. Esto quiere decir que posee problemas para procesar estímulos que nuestros ojos, oídos, boca, nariz, articulaciones, piel, o músculos perciben del ambiente y llevan hasta nuestro cerebro

Para entender un poco mejor cómo funcionan los estímulos (ya sea luz, sonidos, movimientos, etc.) y su procesamiento, imaginemos el sistema nervioso como una maraña de cables entrelazados, con interruptores y switches, conectados con una lámpara al final. En un niño calmado, un estímulo enciende solamente una lámpara. En un niño hiperactivo, el mismo estímulo puede encender al menos unas quince lámparas. Esta reacción exagerada hace que el niño pueda no ser capaz de analizar u organizar sus pensamientos o balancearlos adecuadamente. Estas reacciones inapropiadas a los estímulos es a lo que se le llama disfunción de integración sensorial o simplemente problemas de IS.

Generalmente, los adultos tienen problema manejando a un niño que posee problemas de IS y se comportan de una manera que los adultos consideran como diferente. A veces es difícil para los padres entender que el niño no se comporta de esta manera a propósito sino que simplemente es incapaz de comportarse de alguna otra manera.

En muchos de los casos para corregir o arreglar el problema se utiliza el abordaje médico que consta en prescribir medicación al niño para ayudarlo a concentrarse. Usualmente, se le administra una dosis de manera que pueda concentrarse bien durante las horas de escuela. Alguno padres les gustaría recibir una guía para mejorar el comportamiento del niño en la casa.

La terapia de Integración Sensorial se puede utilizar como un abordaje complementario o sustituto ayudando al niño de una manera mucho más efectiva e integral.

Algunas de las actividades recomendadas bajo este abordaje que pueden ayudar a los niños a canalizar su energía, mantener su atención y poder trasladarla de una actividad a otra son las siguientes:

Brincar sobre un trampolín o cama elástica.

Jalar objetos (una cuerda, un wagon, una canasta llena de juguetes).

Recibir un abrazo de oso.

Caminar sobre las manos (carretillo).

“Empujar la pared” (De pie con la manos sobre la pared).

Llevar un bulto con peso.

Jugar con hoppity hop balls (Bolas con agarraderas donde los niños puede sentarse y brincar)

Mecerse en una hamaca.

Jugar con juguetes con alto contenido táctil (rugosos, ásperos, fríos, etc.)

Masticar chicle o comida crujiente como palitos de ajonjolí, brócoli, manzana, zanahoria cruda, nueces.

Tomar jugos densos con pajilla.

Envolverlo con cobijas (hacer un “burrito”)

Llevar/cargar objetos pesados con ambas manos.

Empujar cajas o bloques grandes de cierto peso o armar caminos o casas con esas cajas.

Jugar a jalar una cuerda que lleva una canasta o una caja donde va otro niño. Puede ser por turnos y pueden jalarla o empujarla.

Recibir un masaje, la dirección debe ser de la cabeza hacia los pies.

Trabajo de jardín, usando rastrillo, pala o carretillo.

Sentarse sobre una patineta y empujar o ser empujado por un compañero. Puede también acostarse.

Usar juguetes “rellenos” con frijoles, arroz o pelotitas pequeñas.

Estas actividades pueden ayudar de distintas formas:

Satisfacen la necesidad de estímulos sensoriales. Algunos niños tienen altas necesidades sensoriales a nivel táctil,pueden buscar sensaciones de una forma desorganizada.

Brinda sensación dirigida al cuerpo para que la mente pueda concentrarse. Cuando el niño recibe cierto tipo de sensaciones (cómo las propioceptivas o vestibulares), su cuerpo puede canalizar la energía “extra” y logra así realizar actividades que requieran atención por un tiempo prolongado. Por ejemplo, el comer palomitas en el cine, canaliza el movimiento a través de la boca puede permanecer más tiempo sentado y atento.

Estas actividades ayudan a nivel neurológico. Las actividades de integración sensorial ayudan a los sistemas sensoriales, tales como el sistema vestibular (que se relaciona con el equilibrio y la posición en el espacio), facilitando un trabajo de diferentes partes del Sistema Nervioso Central. Algunas actividades, como rebotar sobre una bola grande, ayudan en la propiocepción (sentido del movimiento y conciencia del cuerpo) y organización cerebral.

Para más información acerca de intervención en el área de Integración Sensorial, puede hacer click aquí.



Fuente: http://blog.desarrollandomentes.com/2013/04/06/actividades-de-integracion-sensorial-para-ninos-con-trastorno-por-deficit-de-atencion-con-hiperactividad/



sábado, 21 de septiembre de 2013

EL MÉTODO PADOVAN


El método Padovan fue creado por la logopeda brasileña Beatriz Padovan. Esta logopeda, no contenta con los métodos de trabajo que ella conocía, unió su experiencia con los trabajos de otros profesionales del campo.
Del psicopedagogo Rudolf Steiner utilizó sus indicaciones sobre la interdependencia entre andar, hablar y pensar.
Del neuropsicólogo Temple Fay utilizó la reorganización neurológica. Añadió también, el proceso de naturaleza ontogenética o evolución del hombre y el proceso de filogenesis o evolución de la especie, que son los que marca la organización neurológica.
Y por último, Beatriz puso su visión global y el abordaje oral, sacando a la luz su método de reorganización neurofuncional, el método Padovan.

Para el método Padovan la relación que existe entre andar, hablar y pensar es primordial a la hora de alcanzar el correcto desarrollo.
Andar no es sólo desplazarse. Para llegar a andar pasamos por unas fases previas (volteo, arrastre, gateo…) que nos llevan de la horizontalidad a la verticalidad, todas son importantes para evitar problemas a posteriori.
Hablar no es sólo el lenguaje oral, también los gestos, la mímica, la escritura, la música… son formas de hablar. Todo el mundo “habla”.
Pensar no es sólo crear ideas, también es la capacidad de aprendizaje, la capacidad de adaptarse al medio que nos rodea…

Las tres funciones dependen de la maduración neurológica. La palabra se desarrolla a partir del andar, el pensamiento se desarrolla a partir de la evolución del lenguaje.
Si el desarrollo no es correcto, la organización neurológica tampoco lo será y difícilmente se avanzará correctamente en el andar, el lenguaje…

Todos los niños sin lesiones hacen los mismos gestos estereotipados, los mismos patrones de movimiento, los que tienen alguna lesión no.
El hombre posee un programa genético pero necesita de un ambiente adecuado para desarrollarlo y dentro de este programa, unos desarrollan más que otros ciertas habilidades.

El sistema nervioso del ser humano es el menos operativo cuando se nace y el más complicado cuando está maduro.
La organización neurológica es un proceso dinámico y complejo, pero natural, que conduce a una maduración del sistema nervioso central y vuelve al individuo apto para cumplir su potencial genético.

Si esto no ocurre, es que no está bien en su potencial. Este proceso puede bloquearse o desviarse antes de nacer, durante el parto, por un tema emocional, por un accidente, por un traumatismo…
En el caso de que el bloqueo o desvío sea pequeño, se seguirá funcionando pero a un nivel inferior o con un gasto energético demasiado fuerte. En caso de que el bloqueo o desvío sea grande, muy posiblemente no se pueda seguir funcionando.

Las funciones neurovegetativas (respiración, succión, masticación y deglución) son funciones prelingüísticas, preparan la neuro-musculatura para la articulación de fonemas, que dan lugar a palabras. Los niños con lesiones tienen estas funciones mal desarrolladas y los adultos que han perdido el habla también.

El método Padovan tiene un abordaje corporal y otro oral. No hay boca fuera del cuerpo, ni cuerpo fuera de la boca. Normalmente los niños que no hablan bien tampoco andan bien o tienen algún problema en la marcha.
En el método Padovan se trabaja desde el cuerpo y la boca para tener resultados a todos los niveles.

El método Padovan tiene cuatro grupos de ejercicios:
- ejercicios de cuerpo
- ejercicios de ojos
- ejercicios de manos
- ejercicios orales (funciones neurovegetativas)

Para trabajar con el método Padovan se debe de respetar la madurez neurológica del paciente, tener las etapas evolutivas presentes. Los ejercicios van desde lo más primario hasta donde el paciente lo marque, siempre siguiendo las etapas naturales de la evolución.

Los ejercicios son sencillos pero no siempre fáciles de aplicar, ya que tienen que ser lo más perfectos posibles para que el sistema nervioso central reciba la información correcta.
Los ejercicios se repiten varias veces, según el caso y siempre evitando el cansancio muscular.
Se acompañan de canciones o poemas para darles ritmo, estimular la audición, el habla y la imaginación. Cada ejercicio tiene su canción o poema, intentando buscar que el contenido de la canción se relacione con el movimiento que se ejecuta o la zona en la que se trabaja.

Las sesiones son de unos 45 minutos y normalmente dos veces por semana, aunque la frecuencia varía según la gravedad del caso pudiendo ser hasta diarias.

En los ejercicios de cuerpo, manos y ojos se debe de respetar un orden muy concreto, el que marca el proceso natural de la evolución del individuo y de la especie.
En los ejercicios de boca el orden de ejecutarlos no es importante y lo marcará el mismo paciente según sus dificultades.
Si se quiere decir que se trabaja el método Padovan se deben de ejecutar los cuatro grupos de ejercicios en una misma sesión de trabajo.

Se puede trabajar el método Padovan en los siguientes casos:
- parálisis cerebral
- síndrome de Down
- autismo
- problemas de aprendizaje
- bloqueos y retrasos psicomotores
- dislexia
- fonemas que no salen
- problemas de lateralidad
- problemas de comportamiento, psíquicos y emocionales
- personas que han tenido ciertas funciones y las han perdido
- problemas degenerativos neurológicos
- otros problemas neurológicos

Hay quien dice que los diferentes problemas de lenguaje no son problemas diferentes, sino diferentes grados del mismo problema. La causa (de mayor a menor importancia) es un desorden del desarrollo o de la organización del sistema nervioso central. Al ser la causa la misma, el tratamiento será el mismo pero se adaptará a la gravedad del trastorno.

Los ejercicios del método Padovan son sencillos porque pertenecen a la naturaleza. Los movimientos no han sido ni creados artificialmente ni inventados.

“Aquel que sigue lo que la sabia naturaleza nos enseña tiene menos posibilidades de cometer errores.” (Beatriz Padovan)




Fuente: http://alternativasterapias.blogspot.com.es/2007/12/el-mtodo-padovan.html


jueves, 19 de septiembre de 2013

¿QUÉ ES LA INTEGRACIÓN SENSORIAL?

En los últimos años, continuamente se está hablando de la importancia que tiene para los niños: jugar, explorar, moverse, experimentar, etc. Todo esto tiene una relación directa con los sistemas sensoriales: tocar, moverse, saltar, girar, escuchar, mirar, oler, probar, etc. 

Cuando los sistemas sensoriales funcionan correctamente, el cerebro de los niños se nutre de todos los estímulos que recibe, y cada vez va madurando más y mejor. Por ello se considera tan importante que los niños jueguen y experimenten sensaciones con su cuerpo, porque de esta manera alimentan su sistema nervioso de estímulos de movimiento, corporales, visuales, auditivos y táctiles. Pero no siempre es tan sencillo... 

Hay un 15% de los niños que presentan lo que llamamos dificultades de integración sensorial, y eso impide que su cerebro pueda nutrirse correctamente de los estímulos sensoriales. Seguro que todos vosotros conocéis a un niño que siempre se está moviendo, o que a menudo se cae al suelo, u otro niño que siempre está oliendo y / o tocando los objetos y las personas, otro niño que se muestra muy lento y pasivo , otro que se muestra irritable ante los cambios, que se altera mucho en entornos con estímulos (fiestas de cumpleaños, centros comerciales, el rato del patio escuela, etc.), un niño que tiene muchos miedos (se tapa los oídos con los ruidos, le molesta la luz, le dan miedo las novedades), un niño a quien no le gusta que lo toquen ni tolera ensuciarse, un niño que no es consciente del peligro ni el dolor. 

Os habéis parado a pensar a qué se deben estas dificultades, y qué consecuencias tienen en el desarrollo? Vamos a responder a estas dos preguntas. 

1) ¿A qué son debidas? A que el sistema nervioso del niño, no es capaz de procesar correctamente las informaciones sensoriales que recibe, por lo que no regula la intensidad de sus reacciones (demasiado explosivas, demasiado lentas, falta de reacción, busca exagerada, etc.). El niño recibe el estímulo sensorial, pero su cerebro no sabe regular la intensidad con la que lo ha recibido, y no puede organizar una respuesta adaptada a esa información, ni puede aprovechar correctamente estos estímulos, para nutrirse y madurar a la velocidad deseada. 

2) ¿Qué consecuencias tienen? Como el niño no es capaz de aprovechar correctamente esa información sensorial que ha recibido, observamos una o dos consecuencias básicas: 
- Afectación de las respuestas y reacciones del niño: que puede ser despistado, muy movido, muy pasivo o lento, muy miedoso, muy explosivo, muy buscador, muy descontrolado, muy llorón, muy cerrado, no puede estar atento, etc. 
- Afectación del aprendizaje: descoordinación motriz, se cae mucho al suelo, descontrola la fuerza, dificultades de motricidad fina, alteración en las habilidades de juego y de interacción social, retraso en el lenguaje, dificultades de aprendizaje cognitivo, retraso en la lecto-escritura, inmadurez general global, etc. 

Podemos observar una o más de estas características, dependiendo del nivel de disfunción del niño, que puede tener un buen aprendizaje pero presentar dificultades motrices, o tener un buen desarrollo motriz y ser muy movido. Hay muchas combinaciones posibles. Los niños con disfunción en la integración sensorial no se habitúan a las hipersensibilidades, ni regularizan por sí solos las afectaciones en el registro sensorial, en la conducta, en la concentración o el aprendizaje. 

Estos niño se benefician muy positivamente de una doble intervención, mediante la terapia de integración sensorial, y mediante una buena comprensión de sus dificultades por parte de la familia y de la escuela.

Fuente: http://estimulacionydesarrollo.blogspot.com.es/2012/09/que-es-la-integracion-sensorial.html


LOS "MALOS ALUMNOS” Y EL PRESENTE INDICATIVO



Nuestros «malos alumnos» (de los que se dice que no tienen porvenir) nunca van solos a la escuela. Lo que entra en clase es una cebolla: unas capas de pesadumbre, de miedo, de inquietud, de rencor, de cólera, de deseos insatisfechos, de furiosas renuncias acumuladas sobre un fondo de vergonzoso pasado, de presente amenazador, de futuro condenado. Miradlos, aquí llegan, con el cuerpo a medio hacer y su familia a cuestas en la mochila. En realidad, la clase solo puede empezar cuando dejan el fardo en el suelo y la cebolla ha sido pelada. 

Es difícil de explicar, pero a menudo solo basta una mirada, una palabra amable, una frase de adulto confiado, claro y estable, para disolver esos pesares, aliviar esos espíritus, instalarlos en un presente rigurosamente indicativo.

Naturalmente el beneficio será provisional, la cebolla se recompondrá a la salida y sin duda mañana habrá que empezar de nuevo. Pero enseñar es eso: volver a empezar hasta nuestra necesaria desaparición como profesor. 
Si fracasamos en instalar a nuestros alumnos en el presente de indicativo de nuestra clase, si nuestro saber y el gusto de llevarlo a la práctica no arraigan en esos chicos y chicas, en el sentido botánico del término, su existencia se tambaleará sobre los cimientos de una carencia indefinida. Está claro que no habremos sido los únicos en excavar aquellas galerías o en no haber sabido colmarlas, pero esas mujeres y esos hombres habrán pasado uno o más años de su juventud aquí sentados ante nosotros. Y todo un año de escolaridad fastidiado no es cualquier cosa: es la eternidad en un jarro de cristal. 

Pennac, Daniel, Mal de Escuela, Barcelona, Mondadori, (2008). Pág. 60


martes, 10 de septiembre de 2013

El Mundo Emocional del Niño


Las reacciones emocionales de los hijos suponen una experiencia desconcertante para muchos padres, que en ocasiones no saben cómo reaccionar frente a las lágrimas, los gritos o el miedo. La inteligencia emocional consiste en la capacidad de ser feliz, de asumir el control de la propia vida y de establecer relaciones armoniosas con los demás. ¿Y quién no desea algo semejante para sus hijos?



El mundo emocional del niño constituye una obra de contenido sumamente práctico que muestra cómo potenciar el coeficiente emocional de los hijos, algo sumamente importante si se tiene en cuenta, además, que numerosas dificultades intelectuales y escolares tienen su origen en bloqueos emocionales. 

Esta completa guía ofrece información para interpretar las emociones más habituales, como el miedo, la cólera o la tristeza, y al mismo tiempo proporciona ideas para incrementar el placer y la alegría que supone la convivencia familiar. 

Isabelle Filliozat es psicoterapeuta y autora de diversos libros. Desde hace unos veinte años acompaña a adultos y niños en su camino hacia una mayor libertad y felicidad.


lunes, 9 de septiembre de 2013

EL NIÑO CONFLICTIVO

¿Condenado a ser siempre el señalado?

A lo largo de nuestra experiencia como docentes y educadores, han sido muchos los contextos en los que nos hemos encontrado al recientemente bautizado “niño conflictivo”:

Pequeño de no más de metro y medio que se altera, inquieta a sus compañeros, trastorna el ritmo de la sesión y nos perturba ¿Qué podemos hacer ante esta situación? 

Veamos cuáles son los caminos:

LA OPCIÓN TRADICIONAL:

El maestro que sigue esta vía interviene de la siguiente manera:

Primero, llama la atención del niño que realiza un comportamiento inadecuado, con todos sus compañeros como testigos.
A continuación, le invita a sentarse en la “mesa de pensar”donde es poco probable que sepa qué, cómo hacerlo.
Si esto no funciona, suprime su jornada de descanso para realizar tareas escolares a modo de castigo.

¿Aún continúa con su actitud negativa? Entonces le obliga a personarse ante un superior, para que rinda cuentas ante él.

-Al día siguiente, y cuando dista mucho tiempo de la conducta incorrecta, le recrimina lo dicho o hecho anteriormente y le advierte de lo que puede pasar si continúa con esa actitud durante la jornada que tienen por delante.
¿Qué pretende el profesor que actúa de esta manera? ¿Lograr que, por su ley y gracia, el niño le obedezca y cambie radicalmente de actitud? No lo sabemos. Sin embargo, sí podemos intuir las posibles CONSECUENCIAS de esta actuación.

Algunas de ellas son:
El refuerzo de la conducta negativa del estudiante,  al responder a las llamadas de atención constantes.
El fomento del  rechazo de sus compañeros y la contribución a la formación de un auto concepto ligado al niño "malo", "el raro", "el del fondo".
El aislamiento y el estigma en el aula y en el centro
La fumigación con repelente de las áreas curriculares y sus contenidos, y por ende, de las ciencias y las letras de la humanidad.
La pérdida de autoridad reconocida del maestro.
La ira e incomprensión del que no tiene una segunda oportunidad; del prejuzgado; del que nadie confía.

Pero siempre hay, al menos, otro camino. ¿Qué actuaciones conlleva esta alternativa? Veamos:

LA OPCIÓN HACIA EL CAMBIO

De manera general:
Partir del conocimiento de las CAUSAS del comportamiento, bien sean psicológicas, sociales o de otra índole.
Comunicar a toda la comunidad educativa la situación e intentar buscar soluciones desde distintos ámbitos y entidades (departamento de Pedagogía Terapéutica, Servicios Sociales, ONGs educativas, asociaciones y escuelas de padres…etc.)

De manera particular:
·Dejar hablar al pequeño para que exponga sus motivos, escucharle con atención, intentar comprenderle y prestarle nuestra ayuda.
·Ofrecerle un cargo de responsabilidad dentro del grupo: de esta manera se sentirá líder (pero en esta ocasión positivo); sentirá que confiamos en él y en su valía; descargará toda su energía acumulada; engrosará los lazos afectivos con sus iguales; demostrará y desplegará todas sus capacidades y potencialidades....etc.
·Reforzar su comportamiento únicamente cuando sea el deseable, si es posible, delante del resto de sus compañeros, diciendo su nombre mencionando aquello en lo que es bueno y no al contrario.

Estas son las dos alternativas: la primera, más fácil y de menos esfuerzo, pero en absoluto eficaz; la segunda, mucho más ardua y costosa, pero con verdaderos resultados.

Porque el mal llamado “niño conflictivo”, el señalado, no deja de ser eso, un niño, que nos envía constantes señales de necesidad: de atención, de afecto, de escucha, de ayuda. ¿Le vamos a dejar solo en esto?

Fuente:http://elartedeformarte.blogspot.com.es/2013/07/nino-conflictivo-condenado-ser-siempre.html