Bienvenido al blog, aquí encontrarás terapias y alternativas a la medicación para niños hiperactivos. Porque no todos los niños hiperactivos son TDAH.

La finalidad de este blog es dar a conocer mi experiencia como madre, mi día a día alternativo.


Por mucho que mediquemos si el diagnóstico es erróneo, es decir no hay un problema neuronal sino un problema de visión, de oído, de estrés, de alimentación no adecuada o de lateralidad cruzada, lo único que haremos es empeorar a nuestros hijos. Porque el problema de fondo continuará.

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sábado, 11 de febrero de 2012

Terapia Movimientos Rítmicos (TMR)

¿Que es la TMR?

La Terapia de Movimiento Rítmico son unos ejercicios basados en los movimientos que hacen los bebés desde que nacen. Kerstin Linda, es una terapeuta corporal autodidacta fotógrafa de profesión que observó los movimientos que hacían los bebés y según ello desarrollo una serie de ejercicios rítmicos, con el fin de conseguir el desarrollo  neurológico y motor y la estimulación que los bebés consiguen a través de dichos movimientos. El Dr. Harald Blomberg al tener conocimiento de que  tenía éxito con niños y adultos con discapacidades neurológicas severas decidió conocerla y tratarse. Sus resultados fueron muy buenos asi que permaneció junto a ella en la consulta observando y aprendiendo su metodología de trabajo. Fruto de este trabajo el Dr. Harald Blomberg escribió el libro: “ Helande Liv. Cuoiditas discendi, AB 1998”, que actualmente sólo se puede leer en sueco.
El cerebro de los bebés es inmaduro y es la parte del tronco encefálico, la que se encarga de las funciones mas básicas, la que funciona correctamente mientras el resto de las partes del cerebro trabajan solo en una mínima proporción. Cada minuto en la vida de un recién nacido se generan 4´7 millones de conexiones nuevas.  Este proceso se da gracias a la estimulación que el bebé recibe a través de los diferentes sentidos, auditivo, táctil, kinestésico, visual,…siendo cogido, mecido, tocado… pero también a través de los movimientos que el espontáneamente hace. Tales movimientos se hacen en un cierto orden, de acuerdo a un programa innato. Así el bebé levantará su cabeza, el pecho, reptara, gateará….Es importante que el bebé pase por todas las fases del desarrollo pues si no habrá una inmadurez neurológica, habrá una parte del cerebro que no se habrá desarrollado adecuadamente o que no habrá recibido la suficiente estimulación.
La TMR se basa en unos ejercicios rítmicos y suaves que se hacen tanto de forma activa como pasiva y que consiguen mejorar el tono muscular o relajar las tensiones y espasticidades. Los movimientos rítmicos del bebe hacen que las diferentes partes del cerebro se conecten consiguiendo así una madurez cerebral. Con los ejercicios hay una estimulación vestibular  que incrementa el tono de los músculos extensores lo que propicia que el bebe aumente el tono muscular y pueda levantar la cabeza y su tronco por ejemplo.   
Esta terapia por si sola consigue la integración de los reflejos pero podemos conseguir la integración de los mismos de una manera más rápida trabajando con ejercicios isométricos. Es interesante poder trabajar estos ejercicios con los bebes pues así haremos una labor preventiva, y ayudaremos al bebe en su desarrollo neurológico y motor.

1 comentario:

  1. Soy madre de tres niñas. Mi segunda hija tuvo un embarazo traumático, pensaban que moriría. Finalmente nació prematura y permaneció bastantes semanas en una incubadora de la UCI con respiración asistida. Después se saltó las etapas de suelo (reptado y gateo) ya que le regalamos un andador con 7 meses pensando que así podría moverse por la casa y explorarlo todo.
    Ahora lo veo todo claro pero cuando comenzaron los problemas yo no sabía que el embarazo y los primeros meses de la vida de ella habían sido decisivos en su desarrollo.
    Sus primeros problemas se manifestaron en el lenguaje. Con 3 años casi no hablaba y lo que decía no se le entendía apenas. La llevamos al pediatra y nos dijo que era pronto, que dejásemos que madurara, que se arreglaría solo. En el cole también la valoraron y nos dijeron lo mismo, que esperásemos. Pero nosotros sabíamos que algo no iba bien ya que nuestra primera hija a los 2 años hablaba mucho mejor que ella. Además era emocionalmente muy insegura y bastante torpe al moverse. A los 4 años fuimos al otorrino para que valorara su audición y era perfecta, luego nos mandaron al foniatra que dijo que tenía dislalia y nos derivó al logopeda 1 hora a la semana durante 2 años. Mejoró un poco pero seguíamos sin comprender bien lo que nos decía. La niña empezó a ir mal en el cole, confundía las letras en los dictados, invertía los números, se saltaba las líneas al leer, no distinguía la derecha de la izquierda y seguía siendo muy infantil para su edad. No sabíamos qué hacer, no queríamos esperar más pero ni la foniatra, ni la logopeda ni el pediatra nos ayudaban.
    Buscando en internet dimos con ESTIMULARE ALMERÏA. Cuando Rafael Díaz evaluó a la niña durante 5 horas interminables y nos dijo que tenía un trastornos del procesamiento auditivo, una lateralidad no definida y 5 reflejos primitivos retenidos entre otras cosas, respiramos aliviados. Está mal el decirlo pero sabíamos que la niña tenía algo y el resto del mundo nos tomaba por locos.
    Enseguida empezamos con la terapia. Nuestra hija ha hecho Tomatis, la terapia rítmica interactiva y estamos con la terapia de movimientos rítmicos. Además Rafael nos aconsejó que visitáramos primero de todo a un osteópata craneosacral y antes de la terapia de movimientos rítmicos nos dijo que fuésemos a un optómetra comportamental. Lo bueno de este centro es que te miran a la niña de arriba a abajo y te dicen dónde debes acudir porque están al tanto de las terapias que mejor te pueden ayudar.
    Lo primero que hemos notado es que ha aprendido a decir que no y tuvo la etapa de rabieta que no había tenido con 3 años lo que le ha supuesto un gran avance en lo emocional. Estaba más tranquila, dormía mejor y se le entendía más al hablar. Se relacionaba mejor con sus compañeros. La niña ha afianzado su lateralidad diestra y ya escribe mejor. En los dictados ya no confunde los fonemas f y k, o los t y p, ha empezado a discriminarlos.
    Lo más importante es que ella ha mejorado su autoestima porque se creía que era tonta. Recuerdo cuando Rafael le dijo un día ¿Cuántas veces has pensado que eras tonta? Y la niña se echó a llorar. Ahora es una niña feliz que, aunque le queda todavía mucho camino por delante, siente que es capaz de cualquier cosa que se proponga.
    Espero que este testimonio les sirva a otros padres que como nosotros se sienten incomprendidos por el sistema sanitario y educativo tan rígido que tenemos.
    Gracias ESTIMULARE

    Firmado una madre agradecida

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