Diversos estudios hallan restos de plaguicidas en más de un tercio de las frutas y verduras.
El término pesticida abarca tres tipos de sustancias: los herbicidas (sustancia química utilizada para eliminar malas hierbas de los cultivos), los fungicidas (contra hongos y moho) y los insecticidas.
Cada una de estas categorías corresponde a una familia química diferente. Los pesticidas se emplean fundamentalmente en las explotaciones agrícolas, pero también en el hogar y en espacios verdes urbanos y bosques.
Las sustancias químicas que se encuentran en la mayoría de alimentos suelen provenir de ese uso masivo en la agricultura.
De cada 100 verduras que consume cualquier ciudadano europeo, 60 están completamente limpias de pesticidas; 36 tienen restos en dosis inferiores al máximo tolerado, y cuatro están contaminadas por encima de esas dosis.
Comienza a haber evidencias, sin embargo, de que pequeñas dosis durante mucho tiempo pueden ser más perniciosas que altas dosis una sola vez.
Según el último estudio de la Dirección General Francesa de la Competencia, el Consumo y la Represión de Fraudes , el 45% de frutas y verduras contiene residuos químicos. Según el estudio, un 58,7% de verduras no contiene residuos y un 7,2% supera el LMR (límite máximo de residuos), la concentración máxima de residuos de pesticidas legalmente tolerada y que fija la Comisión Europea.
Otro tipo de pesticidas, menos persistentes pero también tóxicos, los compuestos organofosforados, siguen apareciendo en el 14,8% de los productos. Eso sí, en concentraciones generalmente muy bajas.
La presencia de plaguicidas varía según el tipo de alimentos, desde el 37,5% de los cítricos al 3,2% de los frutos secos.
En el caso de las verduras, son los pimientos, tomates, puerros, lechugas y espinacas los productos en los que se registra mayor concentración de residuos. En el caso de las frutas, un 29,7% no contienen residuos, pero un 8,5% rebasa la LMR.
A la cabeza de las frutas están las fresas, las mandarinas y la uva. Según François Veillerette, presidente de la organización francesa MDRGF(movimiento por el derecho y respeto de las generaciones futuras), “cuanto más tiempo permanece almacenada, más cantidad de residuos químicos se transmiten de la piel a la fruta”.
No siempre es fácil eliminar este tipo de sustancias, a veces resulta incluso imposible. En muchas ocasiones, al eliminar hojas o cocer demasiado los alimentos, se eliminan las virtudes nutritivas de los mismos y, sin embargo, no se eliminan los residuos químicos.
La mejor opción es consumir tanto frutas como verduras ecológicas libres de residuos químicos o, en caso de no tener acceso a productos ecológicos, existen los provenientes de la agricultura razonada o sistemas de producción integrados entre la agricultura convencional y la ecológica.
Numerosos estudios relacionan hoy en día los pesticidas con diversas enfermedades como son el cáncer, la infertilidad o las alteraciones del sistema endocrino. Jean-François Narbonne, profesor de toxicología en Burdeos, afirma: “La vía alimentaria no constituye nuestra principal exposición a los pesticidas”. Sin ir más lejos, un reciente estudio de la Asociación francesa “Salud y Medioambiente” (ASEF), demostró que la calidad del aire en las guarderías es preocupante.
Durante una semana, la Asociación medioambiental analizó el aire de nueve guarderías francesas , obteniendo como resultado niveles preocupantes de sustancias tóxicas, tales como benceno, formaldehido y phtalatos.
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